A la vista de lo que está
trascendiendo tras la supresión parcial
del secreto del sumario del conocido como “Caso Pokemon”, y dadas las
implicaciones en supuestos delitos graves de alcaldes, concejales y altos
funcionarios municipales de algunos ayuntamientos gallegos, considero que no
basta con invocar la presunción de inocencia, y sin mas, dejar que las cosas
sigan como están. No, porque algo grave esta ocurriendo. Ni los ciudadanos de
las ciudades afectadas, ni sus ayuntamientos, ni siquiera los afiliados y
simpatizantes de los partidos políticos a los que pertenecen los implicados, se
lo merecen.
Siempre desde la presunción de
inocencia, ya no digo que se convoquen elecciones anticipadas en los municipios
afectados, que en algunos casos sería lo mas lógico y conveniente, sino que, al
menos, los afectados presenten la dimisión de los cargos que vienen
desempeñando.
Haciendo mías las palabras de
algún observador de esta triste realidad, es evidente que se acercan tiempos
muy duros, dificilísimos de soportar para los imputados que, pertenecientes
sobre todo a los dos grandes partidos, están abocados sin remedio a un largo
proceso judicial, con inevitables episodios mediáticos, antes de que se
produzcan los urgentes y deseados juicios.
No conviene a los ayuntamientos
afectados ver sometidos a sus principales dirigentes a tan largo proceso
acusatorio. No les conviene a los ciudadanos, que lejos de ver atendidas sus
acuciantes necesidades en estos duros tiempos de crisis, ven como sus
representantes se enfangan en una sospechosa sucesión de acusaciones,
desmentidos, réplicas y contrarréplicas,
que lejos de aclarar lo principal, parecen querer sepultar sus graves y acuciantes problemas actuales, bajo
la losa de algo tan loable como la “presunción de inocencia”. Presunción de
inocencia si, y siempre, pero precisamente por eso, el cargo público que se
siente injustamente imputado y mas cuando hay pruebas aparentemente sólidas que lo incriminan,
debiera no pretender escudarse en su condición de cargo público, y sin mas, con
la seguridad de su inocencia, presentar su dimisión hasta que se aclaren los
hechos, ofreciendo además toda su colaboración a la Justicia.
Dicho esto no es menos cierto que
tras el caso “Pokemon” y sus derivados como el “Picacho” en A Coruña, se oculta
un gravísimo problema de fondo: La injustificada privatización de los servicios
municipales, fuente de turbios negocios y corrupciones. Lo que trasciende de
las conversaciones publicadas, es sencillamente un escándalo. Se han
privatizado servicios básicos, por lo que se deduce, a sabiendas de que iban a resultar muchísimo
mas caros para los vecinos, traicionado así, si, traicionando gravemente a los
ciudadanos y a los electores. Por esto, y no solo por las simples y aparentes
triquiñuelas de “enchufes” y favores a desempleados amigos (que también), los
implicados no merecen seguir en los cargos que ostentan.
Xesús Mosquera Sueiro. / 2 de
febrero de 2014
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