lunes, 17 de febrero de 2014

RECUPERAR PARA LA GESTIÓN PÚBLICA LOS SERVICIOS MUNICIPALES

La privatización masiva de la gestión de los servicios municipales a lo largo de los últimos años ha traído muy malas consecuencias en Galicia. Alcaldes, concejales y altos funcionarios municipales imputados, algún gestor en la cárcel, corporaciones enteras en entredicho, un gran descrédito entre la ciudadanía, y un despilfarro vergonzoso de dinero público, al pagar a los concesionarios de esa gestión privada cuantías indebidas que han permitido mantener los servicios si, pero también amasar en paralelo una fortuna, -en este caso al grupo Vendex-  y disponer además de recursos cuantiosos para dedicar a sobornos.

¿Estamos ante hechos aislados? Mucho me temo que no. En otras partes de España los casos son más aún, y mas graves. En Galicia, de investigarse a fondo otros Ayuntamientos es muy probable que apareciesen algunos otros casos semejantes. Con independencia de las responsabilidades penales que puedan derivarse ¿Qué hacer a partir de ahora? ¿Bastará con las buenas intenciones prometiendo corregir fallos y decir que no volverá a pasar? O, ¿ha llegado el momento de cambiar el modelo de gestión privada y rescatar la gestión pública de los servicios municipales?

Un informe reciente del Tribunal de Cuentas, señala que en los municipios con menos de 20.000 habitantes, la gestión privada de los servicios municipales, resulta de media un 70% más cara que la gestión publica. En los municipios de mayor tamaño también se ha puesto de manifiesto que la gestión privada es de peor calidad y más cara. Con carácter general, la gestión privada, ya sea de los servicios municipales, o de otros servicios públicos, antepone el beneficio económico al propio servicio, y lo mas grave,  no suele reparar en medios -incluso delictivos- para conseguirlo y para mantener y ampliar las concesiones.

Es una obviedad innegable que el beneficio de las gestoras privadas procede del dinero de los contribuyentes, del dinero público consignado en los presupuestos, y se consigue fundamentalmente por tres vías: 1) Reduciendo cantidad y/o calidad en el servicio,  2) Reduciendo salarios y personal, y 3) Presionando llegado el momento a la administración municipal para aumentar el presupuesto.

Los pretextos para privatizar la gestión son numerosos, aunque ninguno cierto. El del ahorro económico es sencillamente una mentira descomunal. Al contrario, se puede afirmar con fundamento que recuperar la gestión publica de los servicios municipales, sería una importante medida de ahorro y  probablemente también de mejora de los propios servicios.
Invocar “razones técnicas” o financieras es otra falacia, cuando está comprobado y a la vista, que muchas de las empresas privadas concesionarias fueron, y son, creadas “ad hoc” sin experiencia profesional previa ni bagaje técnico alguno y sin mas capital que el imprescindible para ser registradas como sociedades mercantiles. Su financiación se la conceden luego los bancos cuando presentan como aval su contrato con el ayuntamiento. Los contratos para incorporación de tecnología, cuando son necesarios, los puede hacer en mejores condiciones una empresa pública municipal que un chiringuito privado.

La afirmación de que las empresas de servicios con gestión privada son menos conflictivas que las de gestión pública es otra falacia más. No solo por las durísimas huelgas recientes en los sectores de limpieza de Madrid y otras importantes ciudades, sino porque sabemos que en ocasiones son los propios administradores privados quienes hábilmente utilizan el descontento o la presión de los trabajadores para mejorar  las condiciones de sus propios contratos de gestión con las administraciones públicas.

Transporte, servicios de limpieza urbana y de instalaciones y oficinas, servicio de agua, guarderías, piscinas, parques y jardines, auditorios y espacios culturales, servicios sociales, museos, bibliotecas, etc. Se están privatizando igualmente los servicios de bomberos, pero si seguimos así, se privatizará también la policía municipal, hasta acabar con todo “lo publico”. ¿Para esto necesitamos los llamados “emprendedores”? ¿Empresarios con el beneficio asegurado gracias al sobreprecio de los servicios municipales con su gestión privatizada?

Desconozco a cuanto asciende la suma de los presupuestos de los 314 municipios gallegos, y cuanto podríamos ahorrarnos gestionando mejor los servicios municipales y evitando la sangría económica de las gestiones privadas. Pero es muy probable que se pudiesen evitar por ejemplo los recortes en los comedores escolares o recuperar la gratuidad de los libros de texto, o hacer reparaciones pendientes, o mantener la asistencia domiciliaria a los mayores necesitados, y mejorar en conjunto el gasto social. Lo que no podemos es pretender seguir como si aquí no hubiese pasado nada.

Xesús Mosquera Sueiro / 17 de febrero de 2014




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