La privatización masiva de la
gestión de los servicios municipales a lo largo de los últimos años ha traído muy
malas consecuencias en Galicia. Alcaldes, concejales y altos funcionarios
municipales imputados, algún gestor en la cárcel, corporaciones enteras en
entredicho, un gran descrédito entre la ciudadanía, y un despilfarro vergonzoso
de dinero público, al pagar a los concesionarios de esa gestión privada
cuantías indebidas que han permitido mantener los servicios si, pero también amasar
en paralelo una fortuna, -en este caso al grupo Vendex- y disponer además de recursos cuantiosos para
dedicar a sobornos.
¿Estamos ante hechos aislados?
Mucho me temo que no. En otras partes de España los casos son más aún, y mas
graves. En Galicia, de investigarse a fondo otros Ayuntamientos es muy probable
que apareciesen algunos otros casos semejantes. Con independencia de las
responsabilidades penales que puedan derivarse ¿Qué hacer a partir de ahora? ¿Bastará
con las buenas intenciones prometiendo corregir fallos y decir que no volverá a
pasar? O, ¿ha llegado el momento de cambiar el modelo de gestión privada y
rescatar la gestión pública de los servicios municipales?
Un informe reciente del Tribunal
de Cuentas, señala que en los municipios con menos de 20.000 habitantes, la
gestión privada de los servicios municipales, resulta de media un 70% más cara
que la gestión publica. En los municipios de mayor tamaño también se ha puesto
de manifiesto que la gestión privada es de peor calidad y más cara. Con
carácter general, la gestión privada, ya sea de los servicios municipales, o de
otros servicios públicos, antepone el beneficio económico al propio servicio, y
lo mas grave, no suele reparar en medios
-incluso delictivos- para conseguirlo y para mantener y ampliar las concesiones.
Es una obviedad innegable que el
beneficio de las gestoras privadas procede del dinero de los contribuyentes,
del dinero público consignado en los presupuestos, y se consigue fundamentalmente
por tres vías: 1) Reduciendo cantidad y/o calidad en el servicio, 2) Reduciendo salarios y personal, y 3)
Presionando llegado el momento a la administración municipal para aumentar el
presupuesto.
Los pretextos para privatizar la
gestión son numerosos, aunque ninguno cierto. El del ahorro económico es
sencillamente una mentira descomunal. Al contrario, se puede afirmar con
fundamento que recuperar la gestión publica de los servicios municipales, sería
una importante medida de ahorro y
probablemente también de mejora de los propios servicios.
Invocar “razones técnicas” o
financieras es otra falacia, cuando está comprobado y a la vista, que muchas de
las empresas privadas concesionarias fueron, y son, creadas “ad hoc” sin experiencia
profesional previa ni bagaje técnico alguno y sin mas capital que el
imprescindible para ser registradas como sociedades mercantiles. Su
financiación se la conceden luego los bancos cuando presentan como aval su
contrato con el ayuntamiento. Los contratos para incorporación de tecnología,
cuando son necesarios, los puede hacer en mejores condiciones una empresa
pública municipal que un chiringuito privado.
La afirmación de que las empresas
de servicios con gestión privada son menos conflictivas que las de gestión
pública es otra falacia más. No solo por las durísimas huelgas recientes en los
sectores de limpieza de Madrid y otras importantes ciudades, sino porque
sabemos que en ocasiones son los propios administradores privados quienes
hábilmente utilizan el descontento o la presión de los trabajadores para
mejorar las condiciones de sus propios
contratos de gestión con las administraciones públicas.
Transporte, servicios de limpieza
urbana y de instalaciones y oficinas, servicio de agua, guarderías, piscinas,
parques y jardines, auditorios y espacios culturales, servicios sociales,
museos, bibliotecas, etc. Se están privatizando igualmente los servicios de
bomberos, pero si seguimos así, se privatizará también la policía municipal,
hasta acabar con todo “lo publico”. ¿Para esto necesitamos los llamados
“emprendedores”? ¿Empresarios con el beneficio asegurado gracias al sobreprecio
de los servicios municipales con su gestión privatizada?
Desconozco a cuanto asciende la
suma de los presupuestos de los 314 municipios gallegos, y cuanto podríamos
ahorrarnos gestionando mejor los servicios municipales y evitando la sangría
económica de las gestiones privadas. Pero es muy probable que se pudiesen
evitar por ejemplo los recortes en los comedores escolares o recuperar la
gratuidad de los libros de texto, o hacer reparaciones pendientes, o mantener
la asistencia domiciliaria a los mayores necesitados, y mejorar en conjunto el
gasto social. Lo que no podemos es pretender seguir como si aquí no hubiese
pasado nada.
Xesús Mosquera Sueiro / 17 de
febrero de 2014
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