miércoles, 9 de abril de 2014

MIENTRAS NOS ROBAN LA CARTERA Y LOS DERECHOS ¿SESIÓN DE ILUSIONISMO?

Los mismos que aprobaron e impusieron la reforma laboral para facilitar un millón de despidos y la sustitución de otro millón de empleos fijos por trabajos temporales y en precario. Los mismos que caparon la negociación colectiva para propiciar un descenso generalizado de los salarios y la indefensión futura de los trabajadores y sus familias.

Los mismos que contra viento y marea están forzando la privatización y mercantilización de la sanidad y la enseñanza, imponiendo además dogmas religiosos. Los que están destrozando el sistema público de pensiones y empobreciendo a los pensionistas al reducir de por vida sus ingresos. Los que han inutilizado la Ley de Dependencia, privatizado, recortado o suprimido los servicios sociales, agravando y extendiendo las situaciones de pobreza, enfadándose por encima, y con descaro, por las denuncias no de los sindicatos, sino de Caritas.

Los que politizan y manipulan la justicia en su provecho y excluyen de la misma a los que no pueden pagarla. Los que recortan becas e imponen tasas impagables para muchos para acceder a los comedores escolares, pero aumentan el presupuesto y el gasto en “material antidisturbios” y encarcelan e imponen multas millonarias, cuando no palizas indignas a los que protestan.

Los que otorgan generosas ayudas y prebendas a los medios de comunicación que les adulan, pero niegan la financiación y propician la asfixia y el cierre de aquellos que los critican, y despiden a los periodistas que se atreven a decir la verdad

Los que imponen recortes y sacrificios a los trabajadores y sus familias, pero promulgan con descaro amnistías fiscales para los defraudadores y especuladores. Los que diseñaron la estafa de las preferentes para apropiarse de los ahorros de miles de familias sobre todo de jubilados.

Los que se enriquecieron con la especulación urbanística y el ladrillo, construyendo y financiando cientos de miles de pisos destinados a la especulación, que ahora no se pueden vender, aun que hay otros cientos de miles de personas que los necesitan pero no los pueden pagar. Los que con estas prácticas han llevado a la quiebra a las Cajas de Ahorro, cargando a los contribuyentes los ¡110.000 millones de euros! que ha costado de momento su saneamiento, y lo que es peor: conduciendo por un lado a la desesperación y a la pobreza, a cientos de miles de familias arruinadas por los bancos y sus hipotecas, con incluso casos de suicidio, y por otro la generalización de la corrupción política, al amparo de todo ello.

Los que tras dos años de gobierno, y después de todas las “medidas” mencionadas, han subido la deuda pública del 65%  situándola al borde del 100% del PIB e hipotecando gravemente nuestro futuro durante muchos años.

Los que han convertido la mentira en su principal “habilidad política”, y presumen junto a los “expertos” de la banca de que esta es la única política económica posible, vuelven a mentir y engañar. Les va bien a la banca y a las multinacionales, pero a la mayoría  de las pequeñas y medianas empresas, que son el principal tejido productivo del país, no, todo lo contrario. Para muchos de nuestros jóvenes la única opción posible vuelve a ser la emigración.

Mientras esto sucede, ayer asistimos al gran acto en el Congreso de los Diputados, anunciado desde muchos días antes, sobre la petición del Parlamento de Cataluña para que se transfiera a esta comunidad la facultad para convocar un referéndum sobre su independencia. El acto, que tuvo lugar a mes y medio de las elecciones al Parlamento Europeo, fue televisado en directo y seguido con gran despliegue informativo por parte de radios, televisiones, periódicos, tertulianos y columnistas varios a lo largo y ancho del país, con despliegue que dejó pequeño al partido de futbol entre el Real Madrid y el  Borussia Dortmund.  El diario El País de hoy, además de un gran titular y foto en primera página, le dedica el editorial y siete páginas completas más. Lo mismo los demás diarios. Las emisoras de radio y los diversos canales de televisión llevan con ello todo el día, y seguro que seguirán en los próximos

Los mismos lideres y partidos políticos que durante estos dos años, fieles a las órdenes del BCE, de La Comisión Europea, del FMI, de Alemania y de un Partido Popular Europeo que controla todas las instituciones comunitarias, no solo aplicaron hasta el extremo las exigencias de eso que llaman “los mercados”, sino los postulados mas reaccionarios e injustos de sus propios programas, han protagonizado ayer el debate y las posteriores declaraciones a los medios,  no con preocupación por cierto, sino extrañamente relajados y aparentemente felices.

Sucede todo ello después de que Mariano Rajoy anunciase solemnemente el pasado día 26 de marzo que “la crisis ha terminado” (ni mas ni menos), y que el Tribunal Constitucional (esta vez si que se dio prisa) anunciase un día antes su decisión unánime de declarar inconstitucional la declaración soberanista que había aprobado el Parlamento Catalán.

No voy a negar la importancia y trascendencia del tema, aunque si tengo la impresión de que la polémica y la confrontación en torno a este asunto, le gusta a sus principales protagonistas y no les veo prisa alguna en tratar de buscar una salida.

A Convergencia y Unió, le está permitiendo lavarse la cara tras el fiasco electoral del 2012, y ofrecer una válvula de escape ante las formidables movilizaciones sociales habidas contra los recortes, la supresión de derechos y las privatizaciones de la sanidad y demás servicios públicos. La energía de aquellas protestas se ha conseguido canalizar ahora a favor de la independencia, del derecho a decidir, contra el Gobierno del PP en Madrid, y también contra su principal rival político: el PSC-PSOE, al que han contribuido a sumir en una importante crisis interna. Electoralmente tienen un discurso y coartada política con los que ocultar su absoluta complicidad con la política de Mariano Rajoy a lo largo de estos dos años en todo, menos en la tajada económica que se le asigna.

Por razones similares, la situación le favorece también a Esquerra Republicana de Cataluña, que no ha tenido empacho alguno en criticar al gobierno del PP en Madrid, pero apoyar en Cataluña esa misma política reaccionaria y favorable únicamente a los intereses de las grandes multinacionales, llevada a la práctica allí por el gobierno de CIU, incluida la represión de los “Mossos d’Esquadra”,  brutal a veces y condenada en varias ocasiones por los tribunales de justicia.

Y al PP, claro, le viene de perlas. Hablar de pararle los pies a los catalanes, de cantarle las verdades sobre la unidad de España y su Constitución, no solo sirve de magnífica cortina de humo para ocultar la gravedad de la situación social, sino que ofrece un escenario distinto para hablar y pronunciar discursos tras declarar que se acabó la crisis. Además este discurso en Cataluña y sobre todo en el resto de España gratifica a las bases del PP y le sigue dando votos.

El PSOE por su parte, aunque ha conseguido ofrecer una salida adecuada con su propuesta del Estado Federal y la reforma de la constitución, ha sido arrastrado a un escenario que no es el adecuado para un partido que se dice de izquierdas. Bien está la afirmación de Rubalcaba diciendo que no son nacionalistas sino socialistas, pero hasta ahora ha faltado coherencia, fuerza y convicción, no sólo frente a las medidas del PP, sino ante las imposiciones de la llamada “troika”. Tampoco este de los nacionalismos (español y catalán) es terreno propicio para IU, tocada igualmente además por diferencias con sus socios catalanes.

Al mundo financiero, a las multinacionales, a las grandes empresas, a instituciones como la CEOE, la jerarquía católica, o las instituciones comunitarias, el tema parece que no les preocupa, al menos por ahora. Parecen satisfechos con la situación. Al fin y al cabo el PP y la mitad de CIU (Unió Democrática de Cataluña) son socios en el mismo Partido Popular Europeo. Pienso que la cosa podría ser muy diferente, si por ejemplo en Cataluña apareciese un gran yacimiento de petróleo. Pero no es el caso.

Creo que la situación existente en Cataluña y el problema derivado de su relación con el resto de España, siendo importante, tiene solución si hay voluntad política para ello. Hoy parece que a la mayoría de los principales protagonistas políticos intentar siquiera una solución no les interesa, la confrontación les resulta rentable a unos y a otros pues se avecinan convocatorias electorales y ello les sirve para tapar en parte el gravísimo estropicio social y económico que han creado.

Los que no podemos dejar que ilusiones alejadas de nuestra dura realidad, pero hábilmente manejadas por ellos sirvan de señuelo para engañarnos otra vez, somos los trabajadores. Nos están robando el dinero y los derechos y no tienen intención de devolverlos, no lo olvidemos. Por nosotros, por nuestros hijos y nuestros compañeros y compañeras, no queda mas camino que la lucha, en todos los frentes, incluido por supuesto el electoral. Quieren que nos quedemos en casa, que no vayamos a votar, Nos vienen a decir ¿total para que si todo seguira igual? Mienten y lo saben, quieren que le dejemos la política solo para ellos. Si damos eso por bueno, si dejamos de ir a votar, también nos acabaran quitando ese derecho.

Xesús Mosquera Sueiro / 9 de abril de 2014
















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