miércoles, 11 de junio de 2014

Los diputados de la deshonra



No hay que tener mucha edad para recordar el caso del “tamayazo”, por el que dos diputados de las filas socialistas, en la Asamblea de Madrid, se abstuvieron en la investidura del candidato socialista, señor Sigüenza, permitiendo con ello que la Comunidad de Madrid cayese en las manos del Partido Popular, que es como caer en unas garras.

Ahora han vuelto a imitar aquel comportamiento, aunque con otras consecuencias, diputados que antes que su honra han preferido el estrellato (el deseo de figurar como particulares). No parecen conocer lo que significa la solidaridad, la aceptación de las posiciones de la mayoría tras el debate de los asuntos sobre los que hay que decidir.

Recuerdo que durante uno de los congresos del Partido Socialista Italiano, el de Bolonia (1919) la tendencia que entonces se llamaba revolucionaria triunfó, pero la tendencia reformista se inclinó, disciplinadamente, ante el voto de la mayoría. Gran ejemplo de lo que es un partido, no un club de señoritos.

Eso de la libertad de voto está garantizado por la Constitución, pero cuando alguien pertenece a un partido renuncia voluntariamente a él para que dicho partido tenga sentido, de lo contrario no habría manera de que funcionase como tal. ¿Qué pasaría si ante cada votación los diputados de un partido votasen como les pidiese el cuerpo? Claro que alguien puede tener grandes escrúpulos ante un caso particular, o bien razones de conciencia: entonces hay una fórmula muy antigua y muy poco usada, dimitir y defender con plena libertad la posición que uno cree justa. Pero esto de dimitir no está de moda, se pierde el puesto, los emolumentos, la posibilidad de seguir influyendo; es más fácil traicionar.

La deshonra es malo para el que cae en ella, malo para los compañeros que forman parte de las mismas filas y malo para una sociedad democrática que ha de contar con partidos coherentes, definidos, que no den bandazos a cada coyuntura. 

L. de Guereñu Polán. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

simancas, no siguenza

L. de Guereñu Polán dijo...

Tienes razón. Estos topónimos...