martes, 3 de junio de 2014

Republicanismo y referéndum

No hay estudio de opinión, encuesta o trabajo sociológico que demuestre existe en España una mayoría republicana, sino toto lo contrario, por lo que pedir un referéndum por parte de los que se sienten republicanos es suicida, pues una cuestión de este tipo se plantea para ganarla, no para perderla. El republicanismo español ha pecado siempre de ingenuidad: en 1873 cuando pretendió un cambio de régimen sin apenas republicanos en el país, con unas fuerzas conservadoras armadas hasta los dientes, una Iglesia en lucha todavía contra el liberalismo y con una enorme división entre los republicanos. En 1931 y años siguientes volvieron los republicanos -personajes casi todos ellos de gran valía y honestidad- a enfrentarse a la Iglesia, con el gran poder ideológico y sociológico que esta tiene. No midieron aquellos republicanos bien sus fuerzas que, además, contaron con la defección de los muy influyentes anarquistas en Andalucía, Aragón y Cataluña, sobre todo.

Personalmente me reclamo republicano y no solo en un sentido romántico, es decir, sentimentalmente, sino ideológicamente, es decir, intelectualmente. Y precisamente por ello no se me ocurre pedir un referéndum cuando, de producirse, lo perdería. Más bien me parece acertado caldear el ambiente, aunar esfuerzos entre los republicanos, profundizar en un programa común (ya se verían las diferencias entre republicanos de derechas y de izquierdas) hacer despuntar a personalidades que pudieran catalizar y encarnar el republicanismo español, etc. Ateneos, redes sociales, conferencias, manifestaciones, todo tipo de actividades cívicas en favor del republicanismo me parecen bien siempre que sean no solo para vocear, sino para reflexionar con vistas a un futuro más o menos mediato.

Hace bien el Partido Socialista en proclamar que, siendo de raíces republicanas (no tanto por definición cuanto por lo que de jacobinismo democrático representa) ello no le impide ser fiel al compromiso constitucional contraído en su día y, al mismo tiempo, plantear importantes reformas en la actual Constitución. Para los revolucionarios franceses de 1791 ser republicano era equivalente a patriota, mientras que los monárquicos eran los partidarios del privilegio, de la desigualdad y de la incuria. El avispado Ansón, estos días, ha propuesto el mismo referéndum sabedor de que la opinión pública votaría, hoy, mayoritariamente en favor de la monarquía. 

¿Que cambiaría para un español medio, en su vida diaria, que España fuese una república o sea una monarquía? Nada. Es un asunto de legitimidad que no todo el mundo tiene presente. Los marujos y las marujas (permítaseme que use estos términos para designar a las personas que no tienen especiales inquitudes y que quieren que les dejen en paz) votarían a favor de la monarquía porque es lo que hay, porque un cambio de la envergadura que algunos plantean es considerado por la mayoría como una pirueta gratuita que no se sabe a donde le conduciría. Los republicanos que vocean en las calles, hoy, creo que tienen más de conversos que de convencidos, aunque obviamente de todo habrá. 

Hago votos para que el republicanismo español progrese, para que gane adeptos y forme un cuerpo de doctrina que pueda ser compartido por el grueso del pueblo español. Lo demás, hoy, es humo de pajas. 

L. de Guereñu Polán.

3 comentarios:

Isidoro dijo...

Para que los conversos recien llegados al republicanismo entiendan algo: La parábola del coche.
Supongamos que quieren comprar un vehículo y circular por las vías públicas, obligatoriamente tendran que comprar un vehículo completo (Constitución). Si quieren cambiar alguno de los elementos esenciales, motor, asientos, suspensión, neumáticos, etc. ( Congreso, Senado, Jefatura del Estado, organización territorial, etc.) ,solo podrán hacerlo mediante un informe realizado por técnico competente (Gobierno, Grupo Parlamentario), realizado en un taller autorizado (Cortes Generales) y pasar por la ITV (Refrendo ciudadano).
Además, como los que somos republicanos convencidos, queremos que lo que salga sea de calidad, no queremos chapuzas, lo que en esta situación, con estos gobiernos y con la opinión pública mayoritaria mas preocupada por sus derechos básicos y bienestar que por los acontecimientos inmediatos políticos, no estamos por prisas y atajos raros.

Rosa dijo...

Si, pero a mi me parece que lo que no les gusta a la mayoría de españoles que se muestran reconvertidos al republicanismo es la idea de mantener la Realeza, con su boatom, gato cnsiguientes, el poco mojarse políticamente, y el desconocimiento de lo que se encierra de tras de las cabezas coronadas.

Rosa dijo...

quise decir boato y gasto consiguiente