viernes, 11 de julio de 2014

UNA APUESTA SOCIALISTA DE INDUDABLE UTILIDAD PARA LA REGENERACION DEMOCRATICA.

Cuando el presidente del gobierno desde Panamá anuncia urbi et orbi su proyecto regenerador de la democracia, al que los máximos dirigentes de su partido se suman embelesados, cabria pensar que estamos ante una actuación de gran calado propia de un estadista y en vísperas de una acción quirúrgica dispuesta a extirpar el tejido gangrenoso que compromete gravemente la salud democrática del país.
Cabria albergar la esperanza, que como partido confesional y tácitamente brazo político de los postulados de la Santa Madre Iglesia, (ó al menos de la Conferencia Episcopal), por coherencia con ello, haga suya la sentencia bíblica de atender a la viga en su ojo y luego la paja en ojo ajeno. Lo que cabria traducirlo en animo de abordar la regeneración en primera persona. Tanto en conductas morales (moralidad económica) como política (no usar las mayorías absolutas en vano para colar con alevosía en un paquete legislaciones variopintas con fines espurios hurtando el debate.),
Siguiendo con interés las propuestas de D. Mariano, confiando vanamente que en ellas  en orden a los procesos electorales, se contemplen sustanciales reformas de la ley electoral, racionalizando los distritos electorales, regulando la capacidad del elector a decidir sobre el electo, listas abiertas, ajuste entre escaños y votos obtenidos, limitación de  mandatos, etc., el resumen es desolador. Según analistas, incluso los mas benévolos con el Sr. Presidente, la propuesta es apenas un cicatero acto encaminado a paliar la mas que previsible pérdida de alcaldías, algunas de gran relieve, hoy en manos del PP. O sea, que la pomposa declaración transoceánica, no es tal, sino una faena de aliño del poder local del PP. Voces airadas con la propuesta, no dudan en reputarla como “Reforma de consolidación del caciquismo”.
Regenerar la democracia amen de ser necesidad urgente, es demasiado serio como para dejarlo en manos de D. Mariano…al menos en solitario. Es un tema de estado que afecta a todas y todos aquellos que forman parte de el. Hacer al socaire de una mayoría absoluta una chapuza parlamentaria (otra más y ya van varias en poco tiempo) para servir los intereses electorales gubernamentales, seria notoria desvergüenza y  estupidez supina con poco más recorrido que plasmar la miopía de quien solo plantea la política en clave electoral.
Dentro del amplio catalogo que requiere la regeneración de una democracia que cada día que pasa muestra más debilidades, es de interés la receta que está ofreciendo el PSOE. Aun en horas bajas, o quizás por ello, esta ventilando enérgicamente su democracia interna. Y ello a contrapelo de un aparato hipertrofiado, histérico ante cualquier iniciativa que signifique perder su monopolio. El Partido Socialista a lo largo de ciento treinta y tantos años ofreció a España múltiples iniciativas que fueron germen de trascendentes pasos adelante en nuestro devenir colectivo. En esta ocasión, y aun en medio de la tormenta en la que está inmerso para reencontrar su norte, da un ejemplo de cómo devolver el espacio de las decisiones a los que son titulares de las mismas. Y lo que es más importante, haciendo con su ejemplo, que cada vez sea más difícil para el resto de organizaciones políticas cerrar los ojos ante el derecho de las militancias a ser dueñas de sus destinos. Algo que da sentido al mandato constitucional que consagra a los partidos políticos como órganos de expresión de la voluntad popular.
El proceso emprendido por el PSOE, mejorable con la práctica, es atractivo desde un punto de vista democrático. Pese al innegable malhumor de los que siguen entendiendo que la ciudadanía es menor de edad. Tanto para decidir quien debe liderarla en un partido, como para decidir si quiere vivir en una monarquía o una republica. O si desean vivir bajo el manto de una confesión religiosa protegida de arcanas asechanzas o inspirados por el librepensamiento y el laicismo.
Es muy importante para el PSOE, pero sobre todo para el país, mostrar como una serie de candidatos se postulan, en este caso para ejercer una secretaria general, se pronuncian sobre aspectos diversos, se someten a debate y posteriormente al dictamen de las urnas. Y como la militancia, y no algunos “clásicos” del aparato a puerta cerrada o algún “dedazo” todopoderoso es quien toma la decisión. Y por ello, ni se apaga la luz solar, ni la luna deja de acceder a su cita nocturna.
No debe esto llevar a aceptar a pies juntillas que estamos ya en un escenario idílico o todo es maravilloso. Es necesario pulir diversos aspectos para evitar que el proceso termine viciándose. Es necesario reforzar la garantía de igualdad de oportunidades. Sin desconocer que esto tiene un importante nivel de utopía.
En el proceso actual (y esto no es endosable a la organización), puede observarse como los medios de comunicación afines a la presencia de un socialismo con papel secundario y domesticado, desconocen hasta impudicia a un candidato, el Sr. Pérez Tapias, cuyo discurso les resulta incomodo. Alguien con autonomía de criterio, personalidad propia y sin dependencias identificables, que solicita la devolución del socialismo a su espacio natural en el marco de propuestas ponderadas abordadas desde el sentido común, desentona en el decorado previo. Tanto como el hecho de que afronte con sosiego todos los temas por espinosos que estos sean. No dejó de ser divertido el ejercicio de malabarismo de diversos columnistas y contertulios para no atribuirle el éxito, tras el debate de los tres aspirantes en el que fue innegable el protagonismo del Sr. Pérez Tapias, o más bien su disertación brillante y eficaz. Incluso se recurrió a aludir a su formación académica, y a su tono profesoral para devaluar su intervención, como si aportar erudición en un debate fuese un demérito… O si... En un ámbito ramplón y mediocre como el que impregna la política española, el brillo intelectual puede resultar  políticamente incorrecto.
Pero más allá de aspectos que la práctica debe corregir, como la soledad intencionada en que los residuos del poder enquistado en la maquinaria partidista desplegaron para aislar al candidato Sr. Pérez Tapia, hay que saludar como muy positivo para la salud publica este proceso. Tanto como la reconfortante valoración de la presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, reconociendo que el debate que le pidieron moderar no había estado coartado por ninguna exigencia previa ó limitación temática
 El domingo día 13, en este caso la militancia socialista, tomará la palabra. Lo hará con cierta bisoñez y seguramente en algún caso aun se cernirá sobre ella esa telaraña clientelar más o menos sutil  que aun supervive en la organización como reflejo de un pasado inmediato. Algo que cada día será más difícil alimentar ante la bocanada de aire fresco del derecho a decidir. Lo que arrojará por el sumidero de la historia el obsceno mensaje de uno de los más conspicuos representantes del viejo aparato, D. Alfonso Guerra, que compendiaba en su mísera frase: “el que se mueva  no sale en la foto”

A pesar de tales deseos, en el conjunto de la sociedad española y también en el PSOE, pese a los dictadorzuelos de oficio e instigadores de recelos e inseguridades, gracias a los muchos  Pérez Tapias que están surgiendo, algo se mueve y está cambiando  

 
Antonio Campos Romay

 

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