viernes, 19 de septiembre de 2014

Cristinita…guarda el coño…


En lecho de muerte prematura, abatido por la tisis labrada a pulso por una libido compulsiva, noches  movidas y una endeble constitución, Alfonso XII en víspera de enviudar a su paciente consorte la aconsejaba entre ataques de tos, ”Cristinita,…guarda el  coño,  y ya sabes, de Cánovas a Sagasta y de Sagasta a Cánovas”..

Sabio consejo que la futura regente, Doña  María Cristina de Habsburgo siguió al pié de letra… Era una mujer práctica y de solidos principios morales. Estos últimos le hicieron fácil atender las indicaciones del difunto esposo en orden a las partes pudendas…El sentido práctico la llevo a ser escrupulosa con la Constitución del momento del brazo de sus alternantes primeros ministros.  Sobre su espalda y la del Sr. Sagasta cayó la losa de la pérdida de las últimas colonias americanas y Filipinas, aunque esto viniera sentenciado hacía tiempo. La Generación del 98 puso letra y pensamiento a la crisis que golpeo a España moral, política, social y económicamente. Aunque Baroja y Maeztu en algún momento llegaron a negar  la existencia de tal generación, Pedro Salinas en 1935 desde la Revista de Occidente la reivindicó con energía.


 

Consejo similar debió dar el decrepito Caudillo poco antes de su óbito a su sucesor “a título de rey”…Cabe colegir que obviaría la referencia vulvar…. Y si no se lo dio, la perspicacia del heredero haría poner en valor la recomendación de su bisabuelo. Funciono casi cuarenta años con otros protagonistas y similar esquema alineando en lugar del Partido Liberal a la socialdemocracia y en el de los  conservadores,  a los conservadores, estos si tan rancios como los del malagueño D. Antonio. No parece gratuito deducir que el heredero del dictador lo trasladara a su hijo,  al ceder un tanto a regañadientes la corona.

El acomodo se le desmoronó a D. Alfonso XIII, que haciendo honor a su numeración, fue lo más cenizo en sus actos, tanto como para requerir  el concurso de un espadón para aliviar sus problemas…. Empeoró su suerte, que termino de darle la espalda en unas elecciones municipales que lo llevaron sin retorno hacia el exilio italiano. Al tal Borbón le había surgido un tipógrafo gallego D. Pablo Iglesias, el auténtico,   que dijo “si podemos” a sus obreros en el Bar Labra de Madrid y su voluntad fue esencial para dinamitar con republicanos y nacionalistas los restos del naufragio en que se ahogaba la primera restauración.

Hay una cierta tendencia a que los ciclos históricos se repitan. O al menos los errores. La segunda restauración nacida al calor de una Transición pactada entre los sucesores ideológicos y sobre todo económicos del franquismo  y unos emergentes políticos fraguados unos en la lucha contra la dictadura,  y los más,  en los anhelos de libertad, al paso del tiempo comenzó a acumular similitudes negativas con la primera. El proceso se anquiloso encorsetado en una ley electoral nacida con vocación temporal… El secuestro de los partidos por los aparatos políticos… La cada vez mayor utilización de la política como recurso laboral o de intereses bastardos… El escaso control real de la ciudadanía sobre la vida pública. Un peligroso desenamoramiento del ciudadano de la política…

El modelo implantado en llamado “Pacto del Pardo” en noviembre de 1885,  entre Cánovas y Sagasta bajo la mirada atenta del general Martínez Campos dio lugar al turnismo en el poder entre los partidos dinásticos, liberal y conservador. Su estela  llega hasta la actualidad, distintas las formas pero con un fondo próximo... Y tal como sucedió en la primera restauración, la actual muestra severas fisuras acosada por patologías que tienen mucho en común…corrupción, falta de credibilidad, clientelismo, desvío de interés de la ciudadanía de la cosa pública,  crisis moral y económica y degradación de la calidad democrática del sistema.

Se atribuye cinematográficamente al cartero,  llamar dos veces…Haciendo acopio de sentido común, debiera evitarse iterar que la indignación ciudadana en menos de cien años llame por segunda vez a la quiebra del sosiego de la convivencia.  Un chiste de mal gusto en la red dice que un gallego y un alemán  cada cien años joden a España, emparejando a Franco y Hitler y a Rajoy y Merkel. Otro tanto con  similar falta de delicadeza podría decirse del problema catalán en cada proceso democrático… Cabría esperar que desperezándose de la abulia que lo identifica, el presidente del gobierno se interesase en hacer algo sobre el particular… Algo distinto a enconar el problema. Lo que viene haciendo  desde que su partido recurrió el estatuto catalán en el T.C. y sacó mesas a la calle para recoger firmas “contra Cataluña”… Que el Sr. Rajoy no es la solución parece estar fuera a de duda…Pero tampoco hay duda alguna que al PP le cabrá la dudosa gloria de haber atizado el pleito hasta la dimensión que hoy tiene.

 El líder del otro partido dinástico también debe afinar. Sobre todo escrutando los orígenes de su organización y  su razón de ser. Reflexionando en orden a si su misión es estar al servicio de los intereses ciudadanos, liderando los sentimientos progresistas y democráticos de la sociedad, o plegarse a servir a la dinastía y a  los intereses instalados…Y tras ello, revisar la  hoja de ruta replanteándose la utilidad de continuar circulando por un tramo que todo apunta a su agotamiento. Y ello, sin perder de vista que algún convoy emergente, con una carga no perfectamente identificada, está listo para un incierto relevo agrupando en el evento  vagones de  diversos orígenes.

Antonio Campos Romay

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