La muerte de una persona no es el momento más indicado para decir otra cosa sino que compadece uno a sus familiares y amigos, pero el fallecimiento del banquero Botín ha llevado a tirios y troyanos a una serie de elogios que superan lo razonable. El que haya sido mecenas está bien, pero no tiene gran mérito teniendo en cuenta las plusvalías con las que se quedó la entidad que presidió a cuenta de los ahorradores y trabajadores. Lo dicho por la Presidenta de Andalucía, de que el señor Botín siempre respondió positivamente a sus peticiones de ayuda para la región, puede ser interpretado como una constatación, pero dichas ayudas serían un negocio más para el banco que presidía el señor Botín. Así podríamos seguir.
No es de extrañar que empresarios y banqueros, amigos todos entre ellos, acostumbrados a trampear con el poder cuanto más se pueda, dediquen elogios al fallecido, pero el común de la gente ya sabe que se trata de una formalidad y no de verdaderos méritos. Menos compresible es que líderes sindicales no se limiten a dar las condolencias a los familiares del finado, sin entrar en otras consideraciones, como muy bien hizo el Secretario del Partido Socialista.
¿Nadie se va a preguntar sobre el origen del monumental patrimonio del señor Botín y sus herederos? ¿Se ha obtenido todo él licitamente? Porque ya se me dirá si es posible llegar a ser rico en este mundo sin haber hecho trampas, sin haber delinquido, aunque los delitos no hayan podido ser demostrados y castigados por la Justicia. Sabido es el apoyo de que gozan los poderosos en estos campos. De hecho el Tribunal Supremo archivó en el año 2008 un procedimiento abierto contra el señor Botín y otros socios suyos en un tema relacionado con el caso KIO. La Fiscalía Anticorrupción no pudo convencer al Juez de los delitos que había en la decisión de indemnizar a los señores Corcóstegui y Amusátegui con la absorción del Banco Central Hispano por el de Santanter. En 2011 el señor Botín se vio implicado en un procedimiento judicial por evasión fiscal y falsedad documental "con cuentas opacas en la banca suiza". El señor Botín heredó de su padre un patrimonio que está en la lista filtrada por el señor Falciani. No son los únicos casos, aunque la pericia de los abogados del señor Botín y su proximidad al poder le libraron de toda condena. La condonación de las deudas a varios partidos políticos, entre ellos el Socialista, más que una buena acción son un indicio de lo mal regulado que está este asunto en España.
Que el señor Botín fue un espléndido administrador financiero no le puede caber duda a nadie. Que ha tenido una extraordinaria pericia para poner a su banco y a los participados a buen recaudo tampoco cabe dudarlo. Como no cabe duda de que ha engordado su patrimonio y el de sus colaboradores más estrechos a base de la explotación inmisericorde de los miles de trabajadores que ha tenido a su cargo, aunque él jamás los conociese. Conservador y partidario de que el capital esté concentrado en el menor número de manos posible, colma el vaso la frase de un afamado empresario periodístico diciendo que el señor Botín contribuyó al advenimiento y consolidación de la democracia en España. ¿Que datos pueden aportarse para asegurar esto? Ninguno. El señor Botín -que Dios tenga en su gloria- estuvo a lo suyo y demostró ser un empresario avispado y pegado a las viejas formas de explotación de la mano de obra a su servicio.
L. de Guereñu Polán.
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