jueves, 11 de septiembre de 2014

LLUEVE SOBRE SANTIAGO


La Moneda, concebida en la segunda mitad del siglo XVIII  para  funcionar como acuñadora es un edificio sobrio de estilo neoclásico construido por el arquitecto romano Joaquín Toesca. Desde mediados del siglo XIX es sede de la presidencia de la Republica. D. Manuel Bulnes fue su primer inquilino. En 1973 albergaba la presidencia de la Republica y los Ministerios de Interior y Relaciones Exteriores. El once de septiembre será el escenario de la épica de la dignidad, la lealtad y la coherencia.

Allende había, un tanto sorpresivamente en 1971 ganado la presidencia de la republica encabezando una amplia alianza de marxistas, laicos y cristianos teniendo como hoja de ruta construir el socialismo en democracia, pluralismo y libertad. Por utópico que pareciese, Allende fue un hombre con los pies en la tierra, consciente de su difícil desafío  y también fue un precursor de futuro. “Siempre estaré junto a ustedes, por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal a su patria”.

Un bellas palabras llenas de grandeza  y que adquieren valor en sus últimos momentos al sacrificar su vida  para construir una sociedad mejor. Él era consciente de que tal sacrifico era un ejemplo moral que la cobardía y el odio de los militares traidores no podría empañar.

Desde los momentos previos a la toma de posesión, con el asesinato del Jefe del Ejército general Schneider, y luego con  el bloqueo económico, los medios de comunicación en manos de los sectores ultraderechistas, el salvaje paro de los camioneros en octubre de 1972, el asesinato de su edecán, el comandante Araya,  o el tanquetazo en junio de 1973, es sometido a una permanente desestabilización en la que de forma metódica estaba presente la CIA como actor intelectual y financiadora a las órdenes del genocida Sr. Kissinger, que para una nueva deshonra del premio, recibió el Nobel de la Paz y el delincuente Nixon, tachado como tal por Congreso USA.

La fecha del golpe de estado la fija una reunión mantenida en la residencia presidencial de Tomás Moro en la que participan Allende, el comandante en jefe del Ejército general Pinochet y el inspector general del ejército general Urbina. Allende les informa que en las próximas horas llamara a la nación a referéndum “para que el país resuelva el camino a seguir”. Con esto se despeja la tensión y resuelve el conflicto con el Parlamento…Los generales se quedan estupefactos  y solo Pinochet acierta a decir ..¿Presidente es una resolución definitiva y firme?.. Si general, está resuelto...Aquello dejaba sin argumentos a los sectores golpistas que tenían la actuación programada para el día 14.

La noche anterior al golpe Santiago es un crisol de rumores donde se detectan movimientos anómalos de unidades militares. Lo que se confirma al amanecer del día once a las 6 horas con la confirmación del alzamiento de la Marina en Valparaiso de cuya jefatura el almirante Merino depone al constitucionalista almirante Montero. Es digno señalar que en esa fecha, programadas las maniobras navales Unitas, de las armadas chilena y USA, las unidades chilenas retornan a puerto y cuatro unidades norteamericanas se trasladan urgentemente desde el puerto peruano de El Callao a la costa chilena con clara misión de apoyo al golpe.

A partir de ese momento los sucesos se suceden vertiginosamente…Allende a las 7 y vente se traslada a La Moneda con un puñado de incondicionales…Allí comenzará a hacer realidad las palabras pronunciadas durante la vista de Castro en el Estadio Nacional de Santiago ante una masa ferviente: “Sin tener carne de mártir, no daré un paso atrás”. ..”Que lo sepan, que lo oigan, dejaré La Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me dio”…”solo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el Programa del Pueblo”… A las 8,30 los traidores se sacan las máscaras…La Junta Militar formada por cuatro felones: Pinochet, Merino, Leigh y Mendoza, encabezando las tres armas y Carabineros de Chile se manifiesta asumiendo todos los poderes de la nación.

El resto es todo conocido…el horror y la muerte que se desata sobre uno de los países más avanzados social, cultural  y políticamente de América. Una maquinaria  militar implacable asesorada desde el Pentágono siembras miseria y dolor y muestra la cara más perversa de muchos oficiales chilenos.

Pasaron 41 años. Desde hace un par de décadas Chile avanza por caminos democráticos. Hoy, por segunda vez, la hija de un general de la Republica, Bachelet, asesinado por Pinochet y sus esbirros,  preside el país.

Las ultimas frases de Salvador Allende en su discurso de despedida cuando los asesinos que con su actuación deshonraban el uniforme de las Fuerzas Armadas chilenas y su larga tradición democrática fueron premonitorias: “¡Viva Chile! ¡Viva el Pueblo! ¡Vivan los trabajadores!...Tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición”.

Antonio Campos Romay

1 comentario:

Isidoro Gracia dijo...

Es muy pertinente recordar que hay otros 11 de septiembre, en los que EEUU fue complice y promotor en vez de victima