martes, 2 de septiembre de 2014

¿SON SOCIALISTAS O SOCIOLIBERALES?

Tras la severa derrota del pasado mes de marzo en las elecciones municipales francesas, el presidente Hollande disolvió su gobierno y nombró nuevo primer ministro a Manuel Valls, hasta entonces su ministro de interior, de gestión muy polémica por cierto. El nuevo gobierno de Valls, lejos de rectificar la política económica seguida hasta entonces, se pliega definitivamente a las exigencias y recomendaciones de Alemania y de la llamada troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), proponiendo al Parlamento un recorte de 50.000 millones de euros en el gasto público congelando hasta octubre de 2015 los sueldos de la funcionarios públicos, las pensiones y las prestaciones sociales.

A diferencia de lo ocurrido en España cuando en mayo de 2010 Zapatero anunció sus recortes con la casi total conformidad del Grupo Parlamentario Socialista, en Francia, un grupo numeroso de parlamentarios socialistas presentaron un documento alternativo al de su propio gobierno. En París y en otras muchas ciudades se sucedieron las manifestaciones pidiendo el fin de las políticas de austeridad “que han provocado un enorme aumento del paro y la pobreza como puede verse en Grecia y en España”, acusando a Hollande de dar un giro a la derecha en su política, justo lo contrario de lo que habían dicho los franceses en las municipales.

En junio se celebraron las elecciones al Parlamento Europeo, confirmando los resultados lo que anunciaban las encuestas. En Francia gano el “Frente Nacional” liderado por Marine Le Pen que consiguió el 24,85% de los votos y 24 escaños, seguida por la derechista “Unión por un Movimiento Popular”, con el 20,8% de los votos y 20 escaños. El Partido Socialista del Presidente Hollande,  en el poder, se quedó en tercera fuerza, con tan solo el 13,98% de los votos y 13 escaños.

El pasado 25 de agosto, tan solo cinco meses después de haber sido elegido,  se anunciaba la dimisión en bloque del nuevo gobierno francés por las discrepancias con la política económica del Presidente François Hollande y del Primer Ministro Manuel Vallas. Al día siguiente se presentaba el nuevo gobierno, destacando el nombramiento de Emmanuel Macron como nuevo ministro de economía, un joven banquero de 36 años, socio de la banca Rothschild, y desde junio de 2012 asesor y diseñador de la controvertida política económica del Presidente Hollande. Para algunos observadores no solo se trata de que el presidente francés parezca ya un cadáver político, sino que además pudo haber asestado un durísimo golpe al propio Partido Socialista Francés, y dejado muy tocada al conjunto de la socialdemocracia europea.

Si a lo que está sucediendo en Francia le unimos el gobierno de coalición en Alemania entre los socialdemócratas del SPD y la CDU de Ángela Mérkel, la reiteración de las componendas para el reparto de altos cargos en  las instituciones europeas, y la poca fuerza y contundencia de las críticas que a la mal llamada política de austeridad están realizando los partidos socialistas en otros países (España incluida), parece muy difícil, para muchos imposible, poder calificar como alternativa real a dichas políticas a la denominada “socialdemocracia europea” compuesta por el conjunto de los partidos que en el seno de la Unión Europea conforman hoy, al menos sobre el papel, el “Partido  de los Socialistas Europeos” (PES) que preside el búlgaro Sergei Stanishev. ¿Por qué? ¿Qué está pasando?

Xesús Mosquera Sueiro / 2 de septiembre de 2014




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