lunes, 12 de enero de 2015

Espejismos


Algunas encuestas electorales, de cuya cientificidad no dudo, dan una visión del ánimo de los españoles, en esta materia, que pone de manifiesto el enorme cabreo de la ciudadanía. De eso no parece haber duda, amén de los comentarios que uno escucha y lee en las redes sociales sobre la política, los políticos y demás milongas. 

Cierta fuerza política emergente parece que ha irrumpido con mucha ilusión en el panorama electoral español (políico no, porque no se oyen verdaderas propuestas sobre los muchos problemas del país). Pero tengo para mi que los resultados de las encuentas publicadas, en primer lugar, están muy alejados de las elecciones, en segundo lugar reflejan la "intención de voto", que es algo muy distinto de las preferencias reales de los encuestados. A nadie le cuesta mostrar su enfado cuando falta un año para las elecciones, pero a un par de días de ellas ya tiene decidido a quien votar, y suele hacerlo con bastante realismo, demasiado para mi gusto. 

Cuando el Partido Popular, principal damnificado según las encuestas al uso, ponga su maquinaria propagandística a funcionar, movilice a los empresarios, a los obispos y curas, a sus agentes electorales, generalmente bien situados en los puestos clave de la política y de la economía; cuando el PP se arme de valor y dedique unos cuantos meses a mentir más de lo que ha hecho, compre medios de comunicación, reparta prebendas y utilice la televisión pública (las tv. públicas) en su servicio, ya se verá como unos siete millones de votos no hay quien se los quite. Ojalá me equivoque por exceso.

En cuanto al Partido Socialista reconozco que es una incógnita, pero hay algunos datos que parecen verosímiles: volvería a ser la primera fuerza en Andalucía y puede que en Madrid y Valencia (en Madrid solo si las candidaturas emergentes no engañan suficientemente a la población). Solo Cataluña, de las cuatro comunidades electoralmente importantes, se le escaparía, por lo que podría optar a ser la primera fuerza aunque sin entusiasmo, pues no creo que pase del 30% del voto escrutado, algo parecido a lo que puede pasar con el PP. 

Los partidos pequeños pueden aumentar algo a costa del desgaste de los grandes, pero a la postre no les quedará otra que pactar o con el PP o con el Partido Socialista (creo que el partido del señor Iglesias actuará siempre de forma muy independente, al menos durante los primeros meses o años). "Ciutadans" parece que le come el terreno a Unión Progreso y Democracia; Izquierda Unida parece que va a ser otra de las damnificadas, a no ser que "robe" votos al PSOE, que sería lo menos malo que podría pasar desde una óptica de izquierdas. Los partidos nacionalistas, en Cataluña y las provincias vascas, serán primeras fuerzas y gobernarán coaligados con quienes les dé la gana; siempre lo han hecho. 

El objetivo de estos párrafos no es jugar a adivino, que se me da muy mal, sino sacar algunas conclusiones que pretendo sean lógicas a partir de las encuestas que he leído, pero sin olvidar que la derecha española (la política, la económica y la sociológica) no va a dejar el poder sin antes pelear hasta el infinito, con trampas de toda laya, como de costumbre, pero pelear. Enfrente debiera haber un Partido Socialista al que no sé si dará tiempo a regenerarse antes de finales de este año. Un buen paso sería tener resultados honrosos en las elecciones municipales y otro contar con personal también honroso, que no siempre ha sido así y así nos ha lucido el pelo. 

L. de Guereñu Polán.

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