lunes, 12 de enero de 2015

Federalismo

Campo donde se libró la batalla de Gettysburg
No sé si el Partido Socialista, cuando ha propuesto una revisión constituciónal en un sentido federal, tiene ya pensado el modelo de federalismo que habrá de defender. Sería una lástima que se tratase de una precipitación, como se trató igualmente así cuando los partidos se lanzaron a la generalización de estatutos de autonomía en los últimos años setenta y primeros ochenta del siglo pasado. Así hemos llegado a tener parlamentos en La Rioja, Murcia, Madrid (?), Santander, etc. Comprendo que no es posible volver atrás (salvo que llegue el momento histórico y político procedente) pero creo que la actual ordenación territorial de España es un inconveniente salvo en algunos casos donde sí hay una demanda de fuerte autonomía, incluso independencia o defensa de fueros históricos.

Cuando las colonias inglesas de Norteamérica se aliaron para derrotar al Parlamento británico, cansadas de pagar impuestos en los que no tomaban parte, lo hicieron solo para eso, para derrotar a un enemigo común. Luego se organizaron de forma muy tenue como Estado, de manera que muchas de dichas colonias mantuvieron más competencias que las que habían cedido al poder central. Incluso hoy, Massachusetts mantiene una Carta o Constitución que la diferencia del resto de la Unión, como si de una colonia rediviva se tratase. Tan tenue era la "unión" entre las colonias norteamericanas que, cuando no hubo acuerdo sobre ciertos cambios que unos y otros querían hacer en el "statu quo" desde la independencia, estalló la guerra de 1861, que entre otras cosas llevó a la separación de Virginia del resto y ya lo había intentado en 1832. 

Para constituirse como Estado federal, Estados Unidos necesitó una guerra (no quiero decir que fuera inevitable) porque se partía de la independencia de las colonias, cada una por sí ante Gran Bretaña, y lo que los unionistas querían era formar un Estado con fuertes poderes presidenciales, lo que negaban los confederados (las colonias "del sur"). También Suiza necesitó una guerra para organizarse como hoy la conocemos: en 1847 se enfrentaron unos cantones con otros (aparentemente por razones religiosas) pues no en todos existía el convencimiento de fortalecer el poder central en desfavor de los cantones. Solo la necesidad de fortalecerse ante una Europa convulsa y rodeada Suiza de poderosos estados, llevó a la Confederación Helvética. 

No hablemos del caso de Alemania, que fue una entelequia hasta la unificación prusiana en 1870, constituyéndose hoy como el estado federal más claro del mundo. Pero en España las cosas son de otra manera: no partimos de comunidades, cantones o colonias que con su independencia se unen o separan según sus conveniencias; en España el estado-nación está formado desde hace siglos (como en los casos de Gran Bretaña, Francia y Portugal). No podemos, por tanto, hablar aquí de que una "Virginia" decida separarse del resto (en realidad Virginia era casi un estado independiente cuando estalló la guerra de 1861). España nunca estuvo conformada por cantones como es el caso de Suiza, que mantienen vínculos muy tenues pero suficientes con el poder central. España ha superado hace mucho tiempo las divisiones dinásticas (coronas aragonesa y castellana; antes incluso otras de origen medieval). 

¿Se va a proponer una revisión de la Constitución en el sentido de que cada comunidad autónoma (ahora) establezca los lazos que quiere tener con el Estado? ¿Se va a proponer un federalismo asimétrico donde dos comunidades autónomas tengan reconocidas cotas de autogobierno que en las demás no tienen demanda? ¿Se va a ir a un tipo de federalismo como el alemán o como el suizo (que en realidad es una confederación de cantones)? ¿O se va a ir al caso de Estados Unidos, donde un reo puede ser condenado a pena de muerte en un estado mientras esto no es posible en otro? 

Cuidado con lanzar propuestas frívolamente. España tiene su propia historia y su propia tradición. A ningún partido político francés se le ocurriría formular propuestas tan aventuradas. España parte de una situación muy distinta a las de los casos citados y toda reforma de la Constitución, a mi parecer, debe hacerse con el máximo apoyo de unos y otros; sabido que la derecha española no está por la labor, creo que solo queda estudiar, antes que nada, el alcance de las medidas que se quieran llevar a cabo y que no podrán llevarse a cabo sin el acuerdo de dicha derecha (guste o no). Por supuesto, también con el acuerdo de las derechas catalana y vasca. 

L. de Guereñu Polán. 

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