martes, 20 de enero de 2015

MARCELINO LOBATO ALONSO…socialista, gran demócrata y hombre de bien.


A los 91 años, falleció un hombre que fue protagonista desde la izquierda y el pensamiento socialista, cuando los años en la  Transición democrática era una añoranza muy lejana,  y posteriormente durante la misma. Profesionalmente, profesor mercantil y licenciado en derecho ejerció su profesión en el bufete que mantuvo abierto en la calle  Emilia Pardo Bazán durante muchos años, al tiempo que asesoraba jurídicamente a diversas empresas. Un prestigioso abogado que recibió el respeto de su colegas y del que las puertas de su bufete estaban siempre abiertas para asesorar legalmente y en su caso defender de forma altruista ante los tribunales a numerosas ciudadanas y ciudadanos cuya situación económica era absolutamente precaria para atender sus problemas legales.

Amigo personal de D. Enrique Tierno Galván y de muchos de las personas que lo rodeaban, fue abanderado en Galicia del Partido Socialista Popular.  Durante  la década de los sesenta auspició como elementos dinamizadores de la situación política, diversas conferencias, casi siempre con grandes sobresaltos y pugnas con las autoridades franquistas,  en las que intervinieron  los personajes que configuraban la oposición al régimen, como el caso del destacado economista vinculado al PCE,  D. Ramón Tamames. 

 Marcelino Lobato Alonso,  fue protagonista a finales de la década de los setenta del siglo pasado de la  fusión en Galicia del PSP con el PS de G – PSOE. Un proceso con luces y sombras que devino más en absorción casi incondicional que en fusión. En ello se vio acompañado de miembros de la organización como D. Santiago Folla Cisneros (q.p.d) entre otros.

Marcelino Lobato, hombre extremadamente afable, con una gran cultura y gran prestigio social en la A Coruña, tuvo siempre una especial simpatía entre gran parte de los miembros  de la Agrupación coruñesa del PSOE. Muy  especialmente entre los  más jóvenes y en las Juventudes Socialistas.  Su carácter abierto, despreocupadamente crítico y políticamente incorrecto exhibiendo un talante claramente ubicado en las posiciones más progresistas del socialismo, hacía aflorar un notable respeto y afecto a su persona. Algo que no se comparecía con la línea oficial afín al llamado guerrismo  y a quienes se sentían representantes o de tal condición en A Coruña o Galicia. 

En la ciudad y en Galicia, fue un pionero en la vanguardia de esfuerzos por la libertad y también de los ideales socialistas. Gran amigo de D. Raúl Morodo, catedrático de Derecho Político y Constitucional y secretario general del PSP, de su mano frecuentó en más de una ocasión Villa Giralda en contactos informales con el llamado Consejo Privado de D. Juan de Borbón.  Entre los “pecados veniales”  achacables a Marcelino Lobato desde el criterio de  las posiciones en que se movía, estaba su poco entusiasmo por el tema identitario gallego,  así como hacia una potencial restauración republicana. Pero subordinado en todo momento por su exquisito respeto a la opinión ajena y a  la institucionalidad. También en 1975 fue uno de los miembros fundadores en representación del PSP de la Junta Democrática de Galicia  de la que también formaron parte la  Federación Socialista Gallega-PSOE, la ORT, el PTE  Información Obrera, PCG y los sindicatos  USO, UGT, y CC.OO.

Al aproximarse las elecciones municipales de 1979 y tras ser rechazada por el aparato madrileño del partido así como por sus representantes más caracterizados  en el ámbito gallego y local la lista por el encabezada y respaldada mayoritariamente por la asamblea de los socialistas coruñeses su presencia  en la actividad política fue desvaneciéndose lentamente. Su papel político fue limitándose cada vez más a ser conciencia crítica muy respetada de la evolución del partido. En ningún momento de su dilatada historia política ostento ningún cargo público aunque mantuvo siempre sólidas y muy amplias relaciones con los diversos dirigentes políticos locales, gallegos y nacionales de todo el espectro político.  

Era habitual coincidir con él en la Cafetería Marabú y alguna otra de las zonas aledañas a la Plaza de Vigo. Hombre entrañable siempre, gran conversador y titular de innumerables anécdotas, cuando por prescripción facultativa le fue prohibido el tabaco, gustaba de llevar una petaca con cigarrillos y ofrecer a sus contertulios y encendérselo, en una especie de ritual próximo al fumar por delegación.  El paso de tiempo le impuso severas limitaciones físicas aliviadas por el solicito cariño de su ámbito familiar.

Aunque para quienes fuera de oficio y obligado rendirle tributo, hayan declinado tan digna tarea, no  es desdoro para él. Es apenas evidencia de quien, olvidando su memoria, desconoce las señas de identidad del socialismo coruñés y gallego.

Sirvan estas modestas letras, como emocionado homenaje de dos personas, unas más entre muchas,  que se honraron de su amistad, compartieron su militancia, gozaron de su saber y saborearon su bonhomía.

Para siempre en el recuerdo MARCELO,… D. MARCELINO LOBATO ALONSO.… Gran demócrata…socialista…hombre de bien… ¡Salud compañero!

Antonio Campos Romay – Miguel Martínez Losada

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