martes, 3 de febrero de 2015

El pacto

La gravedad e importancia del asunto ha llevado al Partido Socialista a pactar con el Partido Poular y el Gobierno la lucha contra el terrorismo (no es la primera vez) pero ahora ya sabemos lo que hace el PP con los pactos, utilizarlos a su favor y utilizar también la lucha antiterrorista con fines electorales. Creo que todo pacto con el PP es correr un riesgo innecesario aunque no se me oculta la importancia de este que se acaba de producir.

Lo que pasa es que obliga al Partido Socialista a una nueva contradicción: en primer lugar la reforma del Código Penal en esta materia se está discutiendo en el Senado, por lo que habrá que esperar a ver que hace la minoría socialista en esa cámara (en el Congreso votó en contra de las pretensiones del Gobierno). Una vez sepamos si el PSOE ha modificado su posición sobre la "cadena perpetua revisable", que me parece un contrasentido, habrá que esperar a las reacciones de la opinión pública. Por lo de pronto el PP ya ha dado contento a su electorado llevándose el gato al agua en esta materia, y el Partido Socialista ha evitado que en el pacto figure ese asunto, aunque ha propuesto a la ciudadanía que recurrirá al Tribunal Constitucional la moficiación del Código Penal en materia de "cadena perpetua". Un verdadero galimatías.

En primer lugar causa desconcierto en el electorado de izquierdas; en segundo lugar, si el Tribunal Constitucional diera la razón al recurso socialista, ahí estará el PP para explotar el asunto a su favor: ¡los socialistas son los que no quieren endurecer las penas a los terroristas! Es el cuento de nunca acabar. Creo que el pacto debiera ir unido al compromiso de que el PP en el Senado no siguiese con su idea de establecer la "cadena perpetua revisable", sobre todo teniendo en cuenta que, para ciertos casos de terrorismo, ya están previstas penas de hasta 40 años: ¿no es esto algo parecido a una cadena perpetua? Lo de "revisable" vendrá dado por lo que la ley establezca sobre buena conducta, rehabilitación, redención de penas, etc.

La cadena perpetua, con adjetivos o sin ellos, es contraria al espíritu de nuestra Constitución y a la tradición penal de la izquierda en general, que considera la prisión como una ocasión para recuperar al preso y que se inserte, más tarde o más temprano, en la sociedad. Una lástima que se haya claudicado provisinalmente y se deje todo al albur de que un Tribunal Constitucional, eventualmente conservador, consagre lo que el PP (¿también el PSOE?) haga en el Senado.

L. de Guereñu Polán.

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