viernes, 6 de febrero de 2015

¡Por fin izquierda y derecha!

Ver a los ministros de economía de Alemania y Grecia discutir sobre como salir de atolladero en que se encuentra la Unión Europea, Grecia y otros países en particular ha sido, más allá del drama que representa la actual situación, una alegría. Es hipócrita la actitud del ministro alemán, Schäuble, diciendo que "las promesas electorales a costa de terceros no son realistas". ¿Acaso el partido al que pertenece no ha ganado las elcciones varias veces con promesas sobre como iba a meter en cintura al resto de los países de la UE? Hizo bien el ministro griego, Varoufakis, recordando la ayuda que recibió la democrática Alemania tras la derrota de los nazis por parte de la comunidad internacional, y el Estado griego no tiene las resposabilidades criminales que sí contrajo el Estado alemán con aquel régimen.

Claro que el actual gobierno alemán no es responsable de las atrocidades de los nazis, antes las ha condenado reiteradamente, pero hacerse el mandón en el conjunto de Europa, a resultas de la potencia económica que representa Alemania puede no ser el camino adecuado, sobre todo si se quiere preservar lo hecho hasta ahora por la UE. ¡Por fin un representante de la izquierda griega discute sin miramientos con un representante de la derecha alemana! Por fin no hay sonrisas complacientes, por fin podemos ver que hay políticos que no tratan de imitar al declinante y acomodaticio Shulz, que se ha vendido por un plato de lentejas (la presidencia del Parlamento Europeo) apoyando a uno de los responsables máximos de la actual situación económica en Europa, el luxemburgués Junker, que nunca ha trabajado en su vida como no sea en empleos políticos. Esto sin duda le ha alejado de la realidad, sobre todo de los más necesitados, unos cien millones de europeos.

¿Por que el gobierno griego va a tener que acatar órdenes del Banco Central Europeo en materia económica? Tendrá que hacerlo en materia monetaria, porque es la autoridad en esa materia y para ello goza de independencia según los tratados, pero nada más. ¿Por que el gobierno griego -y cualquier otro- va a tener que obedecer órdenas del Fondo Monetario Internacional, que ya no cumple con las funciones para las que fue creado? El Fondo puede poner condiciones para concecer ayudas, pero no dar órdenes, sencillamente porque no es una institución soberana. El gobierno griego sí, responde a la voluntad de los electores griegos, conoce las necesidades de su población y está dispuesto -al parecer- a tenerlas en cuenta.

No soy tan ingenuo para creer que el gobierno griego se va a salir con la suya: el capitalismo internacional está bien representado en las instituciones financieras citadas y en los gobiernos de buena parte de Europa y del mundo. Tiene cogidos por salva sea la parte a buena parte de los representantes políticos y no les deja que cumplan con aquello para lo que han sido elegidos. Esto está claro. Pero la actitud del gobierno griego, jugando fuerte en un primer momento pero con formas moderadas, puede ser un interesante precedente para que otros gobiernos y la población europea tomen nota y se sumen a esta lucha entre un gigante y un ratón. 

Grecia va a tener que pagar su deuda, pero no tiene que ser como le dicten instituciones no democráticas y que no tienen, por tanto, representatividad. Grecia tendrá que seguir sufriendo una crisis económica que no ha creado ella, sino los partidos que la han gobernado hasta el momento y los grandes capos del capitalismo mundial. Estoy expectante ante la imaginación, la estrategia, los argumentos del gobierno griego, que merece mis respetos porque ha intentado un camino que no pasa, necesariamente, por seguir el "dictack" de la rapiña de siempre. 

L. de Guereñu Polán.

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