domingo, 15 de marzo de 2015

BALTASAR GARZÓN PODRÍA VOLVER A LA JUDICATURA

La Asociación de Magistrados Europeos por la Democracia y las Libertades (MEDEL) que agrupa a 15.000 magistrados y fiscales de once países, ha pedido  al Gobierno Español el indulto de  Baltasar Garzón. Es seguro que el actual gobierno del Partido Popular no atenderá esta petición, pero también lo es que el ejecutivo que preside Mariano Rajoy parece tener los días contados.

Cierto que un nuevo gobierno puede no tener fácil el poder hacerlo. Primero porque a tenor de lo que vaticinan las encuestas será fruto de los pactos tácitos o expresos entre diversas fuerzas políticas, lo que puede obligar a establecer prioridades no siempre coincidentes entre sus integrantes. Segundo, porque podría suponer un enfrentamiento fuerte y abierto con los órganos del actual Poder Judicial, responsables en gran medida de la expulsión de Garzón y muy próximos al gobierno actual, y que el Partido Popular ha concebido y diseñado como una decisiva palanca política.

Aún así, el nuevo poder político y el nuevo  gobierno que llegue a este país tras el nefasto mandato del PP y de Rajoy, tiene en la Justicia una asignatura pendiente. Algo importante que el Ministro Gallardón lejos de mejorar agravó hasta el punto de verse forzado a dimitir. La Justicia es cuestión principal y mas importante que la cuestión económica por ejemplo aunque no lo parezca, pues sin  justicia todo crecimiento económico puede ser baldío e inútil para los ciudadanos mas desfavorecidos o que viven en la pobreza y carentes de los derechos mas elementales fruto precisamente de una injusta e inadecuada distribución de la riqueza del país.
La cuestión judicial es un asunto pendiente en la democracia española pues no fue adecuadamente resuelto durante los años de la transición. El empeño del Partido Popular en tratar de resolver por la vía judicial los asuntos de pura y simple naturaleza política no ha hecho más que retorcer la voluntad democrática de los ciudadanos en cuestiones importantes y poner en evidencia el problema de fondo: Un sistema judicial dependiente y cautivo del poder político. Recientemente se ha hecho público un informe del Foro Económico Mundial, también conocido por Foro de Davos, que, tras las reformas de Gallardón coloca a España al nivel de Irán en materia de independencia judicial.

Los polémicos nombramientos de los últimos integrantes del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo. La expulsión del Juez Elpidio Silva por el caso Bankia/Miguel Blesa. Las abiertas presiones sobre el juez Castro por el caso Palma Arena, las presiones y manipulaciones habidas sobre los jueces intervinientes en la Gurtel después de Garzón en Madrid y en Valencia. Las presiones y maniobras sobre el Juez Gómez Bermúdez y otros, son muestras recientes de una realidad que la ciudadanía percibe como grave y preocupante desde hace tiempo y  que se ha agravado en los últimos años. Las severas limitaciones impuestas por el gobierno del PP al principio de Justicia Universal que han supuesto ya la excarcelación de mas de medio centenar de importantes narcotraficantes condenados y presos, y la paralización de otros juicios relevantes en marcha, abundan gravemente en la deplorable realidad de la justicia en nuestro país.

Con seguridad que ha sido la expulsión del Juez Garzón de la carrera judicial después de haber sido señalado y acosado por el Partido Popular en represalia por el Caso Gurtel y por su actuación contra los crímenes del franquismo, el hecho que ha situado a la Justicia española en su mayor nivel de descrédito internacional. La petición de los jueces y fiscales europeos que piden su indulto así lo pone de manifiesto. Las pruebas de solidaridad con Garzón procedentes de ámbitos judiciales y políticos de toda Latinoamérica también lo corroboran.

El nuevo gobierno de España tiene en le reforma y renovación del sistema judicial tal vez uno de sus mayores y mas importantes desafíos. Y para que esa reforma sea creíble dentro y fuera de España, puede ser imprescindible que algunos atropellos sean reparados por la vía del indulto, aunque los todavía poderosos residuos del franquismo que perviven en nuestro sistema judicial se puedan oponer a ello con todas las fuerzas a su alcance.

Xesús Mosquera Sueiro / 15 de marzo de 2015