sábado, 7 de marzo de 2015

Candidatos

La elección de los mismos se puede hacer de diversos modos: el partido más antidemocrático de los existentes hoy en España, el que nos gobierna, lo hace mediante una designación de su máximo responsable, que es a su vez el máximo responsable de la corrupción que le corroe. Estoy convencido de que el Partido Popular fue fundado (con el nombre de Alianza Popular) para frenar la democratización de España hasta donde se pudiese y, en segundo lugar, para delinquir: delitos menores o mayores (estamos asistiendo a los mayores) pero delinquir.

Si los madrileños quieren elegir para dirigir su Ayuntamiento a una persona que no ha trabajado en su vida, que se ha pasado los últimos treinta años frivolizando cualquier avatar, riéndose de la gente, ocupando los medios de comunicación para decir vaciedades, incumpliendo la ley con evidente ventaja por su notoriedad, que encuentra sus principales apoyos entres los sectores más privilegiados y conservadores de la sociedad madrileña, allá ellos. La señora que tiene el currículo que aquí resumo es la responsable de nombramientos que han resultado gravemente nocivos para la ciudadanía: los casos son numerosísimos, empezando por el encarcelado Francisco Granados, pero también José Carlos Boza, Agustín Juárez, Gonzalo Cubas, Ignacio García de Vinuesa, José Ignacio Fernández, Miguel R. Bonilla, Miriam Rabaneda, Raúl L. Vaquero, Cristina Rodríguez, Ana María Pinos, López Viejo y un largo etcétera que se puede consultar en cualquier red. Esta es la tropa que ha estado a las órdenes de la candidata del Partido Popular a la alcaldía de Madrid.

A la vista de esto no se puede pensar sino que el PP aspira a que, de aquí en adelante, la delincuencia política siga campando por sus respetos. Don Mariano ha preferido la calma de la corrupción al compromiso del cambio, pero es que si hubiese hecho esto último habría roto la tradición de su partido y la suya propia. Veremos el personal que ocupará los puestos de salida en las elecciones municipales, autonómicas y generales, pues probablemente serán casos vomitivos. 

La derecha española nunca ha tenido continuidad en cuanto a su representación política. La Iglesia ha sido, a lo largo de los dos últimos siglos, la principal organización aglutinadora de la derecha. Pero no existe en dicho sector "ideológico" un partido más que centenario como el socialista, ni otro que va para centenario (si no desparece antes) como el comunista. Solo en las provincias vascas existe una derecha democrática, por lo menos desde 1932, que ha tenido continuidad. La derecha española se las ha apañado para organizarse según cuadrase: si España vivía bajo una dictadura criminal se acomodada a ella; si España conquistó varias veces un régimen democrático, entonces la derecha se aprestó a formar una plataforma, siempre coyuntural, para frenar en lo que puediese dicha democracia. 

Pasó así con la CEDA, que desapareció en cuanto cumplió su función: apoyar el golpe milita de 1936; había pasado así con el "partido único" Unión Patriótica de Primo de Rivera: sus miembros perdieron la identidad que decían defender y se pasaron al carlismo, al tradicionalismo, al conservadurismo, a la misma CEDA o al falangismo desde 1933. La Unión de Centro Democrático, sindicato de poder como la definió José María Maravall, se diluyó como un azucarillo al primer oleaje que se levantó en la política española. No había ideología y pasó lo que tenía que pasar. Alianza Popular tuvo que ser introducida en la democracia cristiana europea (?) por obra y gracia de don Marcelino Oreja (que es todo el bagaje político que ha dejado) cambiar simplemente de nombre, porque ya me dirán a mí que tiene de democracia cristiana el Partido Popular: en toco caso católica, que es otra cosa, y lo de democracia, a la vista de los hechos, con muchas dudas. 

No están las cosas fáciles para el Partido Socialista ante las próximas elecciones dado el fraccionamiento de la izquierda en España y los errores propios. Solo con rejuvenecer a las direcciones en cada ámbito no llega; es necesario tener ideas y capacidad para llevarlas a cabo, sabiendo que el capitalismo internacional (al que no se condena en ningún foro socialista) tiene muy bien organizado el cotarro para cortar las alas a cualquier intento de combatirlo. Creo que a los candidatos socialistas, a sus dirigentes y a todos los que se sientan más o menos relacionados con las ideas teóricas que sostienen a dicho partido, les queda una tarea ingente, que solo se superará si se tiene muy en cuenta la realidad que pisamos (muy distinta a la de otros tiempos) pero también lo que se hizo en cuanto a disciplina y sacrificio hasta 1939 y desde 1975, por lo menos. 

L. de Guereñu Polán.

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