Rajoy recibió un país
con una deuda pública a finales de 2011 de 734.962 millones de euros,
equivalentes al 68,5% del PIB. Poco más de tres años después, a comienzos del
2015, la deuda pública de España asciende a 1.035 BILLONES DE EUROS, lo que
supone el 97,8% del PIB, y no parece haber tocado techo.
Con el porcentaje de
deuda del gobierno de Zapatero se dispararon entonces todas las alarmas, se
pusieron en circulación los más gruesos calificativos y los más negros augurios.
Con la deuda como pretexto el gobierno de Rajoy procedió a recortarlo todo
(inversiones públicas, prestaciones sociales, salarios, derechos laborales,
pensiones, etc.) a impulsar la privatización de servicios públicos básicos como
la sanidad y la educación, y a subir impuestos a todos menos a los ricos (IVA,
copagos, tasas incluso para acceder a la justicia, etc.) Y, ¿Cuál es el
resultado? ¿Acaso esa mal llamada política “de austeridad” ha servido para
reducir aquella escandalosa deuda? Pues no, sino todo lo contrario, la deuda se
ha incrementado en solo tres años ¡en un 43%! Pero ahora, curiosamente, ni el
FMI, ni la OCDE, ni la Comisión Europea, ni el Banco de España, ni los
gabinetes de estudios de los bancos españoles, ni siquiera las famosas agencias
de calificación (Estándar & Poor´s, Moody´s, Fitch, etc) dicen ni pio, a
pesar de que ahora la deuda es mucho mayor.
Los intereses anuales que
toca pagar por la deuda contraída también han subido. De los 12.000 millones de
euros de 2011 hemos pasado a ¡35.000 millones! en los Presupuestos Generales
del Estado para 2015. A cada español le tocan 22.252 euros de deuda pública. Si
a la deuda pública le añadimos la deuda privada, la deuda externa española
alcanza la cifra de 1,7 BILLONES DE EUROS, mas del 161% del PIB, según datos
del Banco de España.
Por lo que respecta a
Galicia su deuda pública alcanzó a finales de 2.014 los 9.961 millones de
euros, el equivalente al 18% del PIB regional. Son 748 millones mas que a
finales del 2013, un incremento del 8,1%. Cuando en abril de 2009 Alberto Núñez
Feijoo sucedió a Emilio Pérez Touriño como Presidente de la Xunta, la deuda
pública de la comunidad autónoma era por entonces de 3.954.000 euros, el 6,8%
del PIB regional. Durante su mandato, y mas todavía desde la llegada del
Partido Popular al Gobierno de España a finales de 2011, el Presidente Feijoo
se autoproclamó ejemplo a seguir en políticas de austeridad, con recortes
durísimos en materia de sanidad, educación y servicios sociales, e incluso reduciendo
el número de consellerías y suprimiendo todas las delegaciones provinciales de
las mismas. Sin embargo el resultado en materia de deuda publica es el
mencionado: En cinco años la deuda publica de Galicia se ha incrementado ¡en un
152%! en cifras absolutas y ¡en un 165%! En porcentaje del PIB regional.
En los ayuntamientos la
tónica es parecida, o incluso mucho mas grave en algunos casos. Por el volumen
de su deuda destaca Madrid, seguida de Barcelona, Valencia, Zaragoza, Málaga,
Jerez de la Frontera, Sevilla, etc. Hay excepciones como por ejemplo el
ayuntamiento de Bilbao que se aproxima a la deuda cero, lo que pone de
manifiesto que el margen para una mejor gestión existe.
Por lo que respecta a
Galicia el Ayuntamiento de Vigo con una deuda pública de 15,9 millones de euros
dice encaminarse igualmente a la deuda cero y presume de ser uno de los mejores
de España en cuanto a gestión económica. No es el caso del de A Coruña donde la
corporación municipal que preside el actual alcalde Carlos Negreira, recibió en
2011 de la anterior corporación presidida por Javier Losada, un ayuntamiento
con una deuda pública de 74.702.640 de euros, a finales de 2013 la deuda
publica consolidada según lo publicado en la propia página Web del ayuntamiento
ascendía a 96.860.930 euros, un incremento en tres años de 22.158.290 euros, un
porcentaje próximo al 30%.
La deuda es un durísimo
lastre y una amenaza permanente sobre la economía y sobre la propia soberanía
del país. Los datos someramente expuestos hasta aquí ponen de manifiesto el
absoluto fracaso de las políticas de recortes y “austeridad” llevadas a cabo
hasta ahora. La situación no ha mejorado sino que ha ido a peor en todos los
parámetros incluidos los del empleo, población activa y ocupada, condiciones de
trabajo, etc. Ha crecido la pobreza hasta niveles dramáticos y alarmantes, y la
emigración vuelve a ser la única salida para la gran mayoría de nuestros
jóvenes. Con estas políticas no podemos seguir porque caminamos cara a un
desastre cada vez mayor por mucho que toneladas de propaganda nos quieran hacer
creer lo contrario.
Xesús Mosquera Sueiro /
18 de marzo 2015
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