Y es que si pretende favorecer un cambio progresista en España no tiene más remedio que contar con el Partido Socialista: no hay otra solución. Esta organización poco organizada que se ha hecho financiar por el régimen venezolano (lo que en sí mismo no es malo si no la hipoteca) no ha dicho de forma taxativa que sea de izquierdas, pero creo que en el imaginario colectivo está la idea de que lo es, aunque de forma magmática (en cierto modo, aunque atemperadamente, como el Partido Socialista, pues la ideología se ha ido difuminando).
Todavía es pronto para saber si el ascenso de "la cosa" en la escena política es real o virtual, pero no tiene otra forma de incidir en el progreso de España si no es contando con el Patido Socialista. Otra fórmula sería que este se apoyase en Ciudadanos (está por ver que es en el resto de España; en Cataluña bastante poco y otro tanto en Andalucía). Si el Partido Socialista se viese obligado a tener que gobernar con el apoyo de Ciudadanos, adiós a muchas de las políticas de izquierdas, laicas y progresistas, porque no nos engañemos, esa organización representa los intereses del nacionalismo conservador español, aunque todavía no emponzoñado como sí lo está la gran derecha, el Partido Popular. Falta saber como se financia y quienes están detras (sectores económicos y fácticos) como ya sabemos quienes están detrás del PP: lo peor de la tradición conservadora de España.
¿Que papel le queda a IU? Pues si realmente el Partido Comunista fuese el nervio de esa organización tan pequeña -que ya lo dudo- converger hacia un Partido Socialista que haya soltado el lastre de sus corrompidos, que los ha tenido y los tiene. Pero no parece que esté por la labor, sobre todo por obra y gracia de unos nuevos dirigentes que parecen estar más atentos a su medro personal que a salvaguardar una organización que ha hecho mucho por la democracia en España. Una muestra de la debilidad de IU son sus resultados electorales y otra lo que ya sabemos sobre el papel jugado en Euskadi (¿se acuerdan del señor Madrazo?) y en Extremadura, apoyando al PP para que gobierne contra la Extremadura progresista.
En Cataluña parece que puede subir la representación de Ciudadanos y el PP por la torpeza del señor Mas y sus acólitos, pero al fin es lo mismo, porque en los tres casos se trata de partidos conservadores y poco más. Esquerra será -a mi modo de ver- un partido todo lo progresista que se quiera, pero desestabilizador en cualquier caso, como ya lo fue con el señor Maragall y ahora de nuevo. En Euskadi parece que la derecha vasca (el PNV) está firme desde los caseríos a los barrios, en los consejos de administración, en la pequeña y gran empresa, en las instituciones. Lo demás es acompañamiento.
Si el Partido Socialista consiguiese la alcaldía de Madrid (más difícil me parece la Comunidad) y dirigir la política en el País Valenciano a partir del 24 de mayo, siendo el partido hegemónico en Andalucía y esperando la suerte varia en el resto, podría aspirar a jugar un importante papel en el próximo futuro, siempre que "la cosa" sepa lo que quiere hacer en el país, porque de lo contrario podria ser un verdadero estorbo para gobernar, para regenerar y para repartir mejor la renta y la riqueza, que falta hace. "La cosa" no parece saber como funciona el mundo y cuales son las titánicas dificultades que hay para sortear el poder de los grandes intereses económicos. O se le enseña o nada, pero puede que no se deje.
L. de Guereñu Polán.

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