Se
puede afirmar que si los gobernantes y dirigentes leyeran más, y estudiaran la
historia verían claramente que en el fondo del asunto están ellos, y no el
conjunto de los ciudadanos.
El
capítulo XIX del El Príncipe, de Maquiavelo, se titula: “El príncipe debe evitar
ser despreciado y aborrecido”, y su contenido es de aplicación al tema que nos
ocupa y preocupa, en su literalidad.
Veamos,
afirma: ” trate el príncipe de huir de las cosas que lo hagan odioso o despreciable,
y una vez logrado, habrá cumplido con su deber y no tendrá nada que temer de
los otros vicios”, es decir podrá subir impuestos,
recortar en sanidad o educación y gobernar a su manera sin gran coste electoral.
Continúa, “Hace odioso, sobre todo, el ser
expoliador y el apoderarse de los bienes de los súbditos, de todo lo cual
convendrá abstenerse”, es decir que, según Maquiavelo, en lo que se sabe en el estilo de financiación
de los actores principales, Convergència y el PP, y en la acumulación de
riqueza ilícita por sus dirigentes radica
buena parte del problema.
Por si hubiera alguna duda del evidente
paralelismo, de la actual situación con lo escrito hace ya cuatro siglos, sigue
el libro diciendo: “Hace despreciable el
ser considerado voluble, frívolo, pusilánime e irresoluto, defectos de los
cuales debe alejarse como una nave de un escollo”, creo que el lector puede
prescindir de aclaraciones.
Añadiendo, a la sabiduría, contrastada por la historia ,
del mencionado libro, la observación y experiencia directa de lo sucedido desde
1978, (y he sido testigo y actor directo y en primera fila, durante lustros) se
puede afirmar, con pocas dudas, que los problemas existentes, que existir
existen, ni lo son entre el conjunto de ciudadanos catalanes y el resto de
ciudadanos españoles, ni han sido generados por ellos, es decir Cataluña no
tiene problemas con el resto de España, ni el resto de España tiene problemas
con Cataluña, si hay graves problemas entre los dirigentes que, desgraciadamente,
los catalanes y el conjunto de españoles hemos elegido para que nos gobiernen
en esta época de incertidumbre. Esos dirigentes, con la ayuda inestimable de lo
que el libro del XVI identifica como “un corto número de sujetos” y que hoy son
fácilmente identificables, son los que han conseguido trasladar sus problemas a
buena parte de sus gobernados.
Parecería pues sencillo iniciar el camino de las soluciones simplemente
cambiando y ” reprimiendo al corto número
de sujetos”, pero el propio Napoleón reconocía, en sus comentarios al
respecto, que eso “No se hace tan fácilmente” eso sí que para continuar por el camino recto
“es
esencial se quite toda esperanza de perdón a los conspiradores”.
Al preguntarme cómo es posible que hayamos
llegado a esta situación, caigo en la
cuenta que los responsables del desaguisado han cambiado, e invertido, los
papeles entre el príncipe (hoy en Democracia debía ser el ente llamado Pueblo),
y los súbditos (que deberían de ser los servidores públicos en los distintos
gobiernos) y convencido a cientos de miles de engañados ciudadanos que ese es
el orden natural, al envolver en bonitos símbolos artificiales su mercancía de
más que dudosa calidad.
Octubre de 2015
Isidoro Gracia
1 comentario:
Sin que mi intención sea mermar lo más mínimo el magistral artículo de mi amigo y exparlamentario Isidoro Gracia. Sin embargo sí deseo, utilizando el más puro román paladino, etiquetar las taras que tanto Convergència como el PP, han arrastrados al Reino de España a un callejón sin salida. Convergéncia procede del caciquismo evidentemente burgués, contaminado por la mafiosa corrupción; abandonando a los trabajadores a su suerte. El PP es la encarnación de los valores patrios del más puro franquismo. Su líder es el más terco, torpe y parco de los presidentes que de España han sido. Se presenta como caudillo que pretende salvar a España y Cataluña; encarnando la corrupción de mayores dimensiones jamás soñada. Ambos líderes representan lo peor de España y de Cataluña.
P. Taracena
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