viernes, 15 de abril de 2016

¿Por que no puede el PP combatir la corrupción?

Porque es la corrupción misma. El PP ha nacido de la mano de un personaje verdaderamente peligroso para la democracia española, por mucho que se diga que amansó a la extrema derecha durante la transición para integrarla en la entonces Alianza Popular. 

El señor Fraga inoculó al partido que creó los peores venenos para que la democracia española fuese de la peor calidad posible, al menos por lo que a la derecha se refiere. Llamó a todos los que habían regentado las cámaras agrarias del franquismo, a alcaldes no elegidos y sin escrúpulos, a contrabandistas, traficantes de droga, delincuentes, caciques (esta es la expresión ingenua que usaba la oposición democrática) exgobernadores civiles que habían usado la fuerza pública contra las huelgas y manifestaciones de trabajadores y público en general. Empleó a exfalangistas (de los convencidos y de los que estaban por el cocido), empresarios que habían medrado con las subvenciones públicas, gente sin escrúpulos, como no los tenía el señor Fraga, que inyectó su forma de hacer "política" a lo peor de los actuales dirigentes conservadores: los Aznar, Rajoy, Baltar, Rato, Aguirre, Barberá, Camps y toda la caterva que ha saqueado al país. 

Así ha gobernado la derecha desde entonces España: invadiendo un país musulmán e incendiando el mundo con el mayor desafío terrorista que quizá nos queda por vivir, chuleando a la ciudadanía en compañía del más sinvergüenza de los presidentes de Estados Unidos que haya habido en los últimos tiempos, haciendo oídos sordos a la ciudadanía que pedía ser escuchada, eliminando el presupuesto para la memoria histórica, para la exhumación de los cadáveres de los españoles asesinados durante y tras la guerra civil, vaciando las arcas de las pensiones, anulando la ley de dependencia mientras los mandamases del país ponían sus capitales a buen recaudo en paraísos fiscales, enviando a la hez de la política española al Parlamento Europeo y a otros organismos internacionales (véase el caso Cañete). Así ha venido gobernando la derecha en España. 

El Presidente del Gobierno en funciones está escondido en la cueva de Alí-Babá y no hay quien lo saque de allí: dice que no piensa rendir cuentas ante el Parlamento, ni por lo de su falaz Soria, ni por lo del alcalde de Granada, ni por el desastre de las Comunidades Autónomas gobernadas por el PP, que han dejado la deuda por las nubes, ni por los infinitos casos de corrupción que asolan al país y cuyo purulento mejunje sale del PP.

Quien aún gobierna España (en funciones) lo hace como le enseñó el Fraga montaraz que se quitó la chaqueta en Lugo para agredir a un ciudadano, el que elogió el levantamiento militar de 1936, el que combatió a las minorías discriminadas en España, el que no quiso descentralizar el Estado, el que quería un sistema mayoritario para unas elecciones que entonces dejarían fuera de representación parlamentaria a millones de españoles, el que no tuvo inconveniente en asisistir, sin decir ni "mu", a la sentencia de muerte para Julián Grimau, un hombre inocente como se ha demostrado hasta la saciedad. La vida de ese hombre no valía nada para el señor Fraga, y esa forma de ver las cosas es la que transmitió, con una eficacia perfecta, a los que ahora y siempre gobernaron el PP. 

Más de site millones de españoles apoyan esta forma de concebir la política, de actuar en la práctica: allá ellos. Supongo que serán egoistas, opulentos, negados mentales, estúpidos, ignorantes... da igual. Pero mientras el PP gobierne España no se podrá combatir la corrupción y esta será la que gobierne el país, como durante cuarenta años hizo con los fusiles en el cuello de los españoles, y ahora con el Boletín Oficial, la arrogancia y la miseria. La corrupción no se combate a sí misma; es necesario que sea combatida por quien está fuera de ella, por quien tiene ideales y no meramente intereses, además espúrios.

L. de Guereñu Polán.

1 comentario:

Suso dijo...

Muy buena sintesis...