domingo, 24 de abril de 2016

¿Tiempo de mudanzas?


El tema del que hablaré aquí no tiene enjundia alguna salvo si saliera bien la operación de que el señor Rajoy desapareciera de la escena política: no sería poco avance vista la falacia, cobardía, mendacidad y otros vicios de los que el personaje hace gala. 

Si en las nuevas elecciones de junio (si se forma gobierno en los próximos días me callo) el Partido Popular mantuviese una representación parlamentaria parecida a la que obtuvo en noviembre pasado, y Ciudadanos se inclinase por apoyarle para formar gobierno con la abstención del Partido Socialista (creo que si este no mejora sustancialmente, cosa poco probable, no le quedará otro remedio) el partido sel señor Rivera podría exigir que el apoyo solo se daría si el candidato a la investiduda fuese alguien realmente presentable dentro del espectro de la derecha. El esquivo Rajoy se las vería muy mal para dificultar tal solución, máxime teniendo en cuenta que en su partido siempre habrá quien se apunte a un bombardeo.

Se dice -sin que yo me alegre por ello- que el señor Sánchez también podría ser sustituido al frente de su partido si sigue con la representación parlamentaria actual. Otro que pasaría a la reserva o al escaño de base, aunque en este caso las razones de la remoción, como se puede ver, son muy distintas. Incluso el animoso y pertinaz señor Garzón podría ser sustituido por el excesivo alarde de pedigüeño que hace, dejando a su organización en una posición muy humillante cada vez que habla de acuerdos...

Incluso podría darse el caso de que el señor Iglesias, que tiene no pocos opositores en su ¿partido? se le pidieran cuentas y marcha atrás. De todo ello lo más interesante es que el señor Rajoy desapareciese para no volvérsele a ver más, lo que incluso podría tener repercusión en Galicia. 

Lo que descarto como opción personal es que el Partido Socialista llegue a ningún tipo de acuerdo con una organización, la del señor Iglesias, de la que nadie debe fiarse en su sano juicio; otra cosa son algunos de los grupos "asociados" por conveniencia al citado y que ahora podrían dejarle en la cuneta. 

Ya dije al principio que el tema es de poca enjundia, pero me animó a escribir la posibilidad cierta de que el actual Presidente en funciones deje de serlo "ad aeternum". 

L. de Guereñu Polán.

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