martes, 28 de junio de 2016

SEGUNDAS PARTES NUNCA FUERON BUENAS



Dicen que segundas partes nunca fueron buenas...Me temo que la sabiduría popular no se equivoca. La lectura de los comicios del domingo en clave matemática, exacta, de sumas y restas, almoneda de números, corresponde a conocimientos expertos y exhaustivos como los del buen amigo José María Barja, convecino de esta columna. Esta aproximación intenta ser más próxima a lo cotidiano, o a los principios, largo tiempo ausentes.

Esta fuera de cuestión que este país anda aquejado de una metástasis invasiva, la corrupción. Está fuera de cuestión que la calidad democrática está muy deteriorada por prácticas abusivas que invaden los derechos civiles y ciudadanos. Está fuera de cuestión que el mercado laboral presencia los momentos de mayor deterioro de los últimos cuarenta o cincuenta años, con precariedad creciente y poder adquisitivo menguante. Está fuera de cuestión que pilares básico que desde los años veinte del pasado siglo fueron tomando carta de naturaleza en nuestro entramado social (incluso en los años de la dictadura), -conseguidos con el sacrificio y la abnegación de generaciones sucesivas-, el derecho a la salud, a la educación, a una pensión de jubilación, protección social a dependientes o en riesgo de exclusión, están siendo dinamitados, en unos casos con gazmoñería y en otros  con brutal impunidad.

A partir de ahí se abre una reflexión con no poco de esperpéntica. El CIS, y no hay porque dudar que los que ante él se manifiestan estén tergiversando sus sentimientos, nos dice que las preocupaciones mayoritarias en la ciudadanía son la corrupción, el paro o la falta de confianza en los actores políticos.  Parejo a ello existe una amplia información, que superando las trabas que se puedan poner desde el poder, trasciende ampliamente, dando a conocer las inmoralidades que se cometen, quienes son sus autores, quienes las amparan, y quienes utilizan todos los mecanismos a su alcance para evitar sean investigadas y mucho menos penadas. Ciertamente no casan la confesión ante el CIS y la confesión ante las urnas. Se requeriría un documentado dictamen explicativo de un psicoanalista, experto en patologías sociales.

Sin la menor duda la lectura de los resultados nos muestra que el abuso de poder y de confianza ejercido en beneficio privado y en detrimento del interés colectivo, no ha sido tenido en cuenta por el elector. Pese a tener nombres y apellidos o en territorios especialmente golpeados por esa corrupción, que solo parece molestar a ese mismo cuerpo electoral en las encuestas del CIS. Hace cien años D. Ramón del Valle Inclán pareciera dar respuesta en Luces de Bohemia: “En España el mérito no se premia; se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo”

Hubo quejas muy severas ante la in inhibición del cuerpo electoral... Nadie se detuvo a pensar que ese cuerpo electoral deseaba hace seis meses que le diesen una respuesta, que sin pasar por asaltar los cielos (algo ocioso, pues pocos quedan que crean en tal entelequia) devengase algo plausible para sus intereses...Evidentemente muy lejos  de falaces mantras de manos tendidas (los días pares con cal y los impares con vaselina) o de líneas rojas que encorsetaron a un candidato que vio más cuchillos largos en su organización que los disidentes nazis en el curso de la “Operación Kolibri”…o que sin necesidad de leer a Washington Irving, tenía pesadillas diarias con “Los cuentos de la Alhambra”.

Uno intentó seriamente en diversos amagos hallar una salida. Pero ni pudo, ni supo y sobre todo, no le dejaron. El otro, estaba en otra historia. Fagocitando las dos izquierdas clásicas para monopolizar una unidad de destino en la izquierda… Al segundo, aunque a él no se lo parezca y considere finiquitada la operación, el viejo partido comunista, cargado de historia, luchas y biografías sacrificadas por la Libertad y el Progreso, quizás le provoque la necesidad de recurrir a mucho bicarbonato para su deglución...y será curioso conocer quien termina deglutido. El otro gran clásico de la izquierda, que no es raro se le tilde alegremente desde esa orilla, los días que no toca mano tendida, como cuadrilla de asesinos, liberticidas y ladrones, -no pareciera que tal estima la merezcan el Sr. Iglesias (el honorable tipógrafo), D. Fernando de los Ríos, el Sr. Largo Caballero, D. Julián Besteiro, o posteriormente D. Ernest Lluc, Doña Carmen García Bloise, la Sra. Fernández de la Vega, el Sr. Peces Barba o don Enrique Tierno Galván por citar algunos nombres propios...o modestas y modestos militantes de la organización socialdemócrata española que cada día salen a buscar con ansía, como cada hija e hijo de vecino,  sus garbanzos, soñando un mundo mejor -,  se ha mostrado bocado excesivo. Demasiada historia, demasiada convicción en unos valores compartidos, y un cuerpo correoso con muchos latigazos ya sobre sus espaldas. Su cierto acratismo, quizás herencia de D. Julián Besteiro y su permanente capacidad de autoflagelarse haya llevado a una conclusión apresurada, confundir un mosaico de espíritus críticos, con debilidad.

Da la sensación que la vieja tradición cainita de la izquierda de este país, que también sabe aprovechar la derecha en esta ocasión, aportó un personaje útil, legitimo sucesor de otro que hace décadas desempeñó similar papel. En este aborto de sorpasso, el más sorpasado fue aquel que la derecha mediática y política convenció, con habilidad singular, iba a protagonizar tal efemérides.… Una brillante manipulación de un dirigente bisoño, que no era capaz de superar su sorpresa y desolación  en su particular Plaza de Oriente convocada para ungirse como gran líder en noche de gloria. Una eficaz acción de los servicios “de inteligencia” de los grandes intereses conservadores dentro de un libreto general, en el que era pieza clave en convertir a esta formación en “come viejas y asalta conventos” para movilizar el voto de los más miedosos, tibios o reaccionarios.

Esperando que cada cual saque sus conclusiones en orden a sus responsabilidades, es preocupante que haya ciudadanas y ciudadanos indiferentes a la aberración del gobierno que han votado. Y muchos otros, que están dispuestos, frente a la res pública a encogerse de hombros, y darle la espalda. Algo que sitúa los intereses del común en gravísima orfandad. En el fondo de esta indiferencia están los repetidos desaires a la moral pública y a la convivencia, envueltos en impunidad y que plasma  el inolvidable Neruda…. “El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan.”...Algo que arrastra a la apatía cívica y la melancolía personal.

Procede decir adiós al día 26-J y a una etapa que no es recomendable  volver sobre ella. Un mal sueño en el que naufragó otro mayor...el que sobre la ruina moral de la corrupción, asomase con esplendor un tiempo distinto que regenerase las instituciones caducas  y los anacronismos que se mantienen en pie en pleno siglo XXI,  emancipando la política de sus taras y purulencias.

Solo cabe una severa autocritica, cada uno en su tienda. Y un propósito de enmienda obligado, que abra espacios de entendimiento y dialogo. Algo que el país quiere, necesita, exige. Un país que está ya más que harto de ser  un obscuro objeto de deseo de intereses enfangados en lo personal, dejando de lado lo substantivo...LO COLECTIVO.



Antonio Campos Romay

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