Dicen
que segundas partes nunca fueron buenas...Me temo que la sabiduría popular no
se equivoca. La lectura de los comicios del domingo en clave matemática,
exacta, de sumas y restas, almoneda de números, corresponde a conocimientos
expertos y exhaustivos como los del buen amigo José María Barja, convecino de
esta columna. Esta aproximación intenta ser más próxima a lo cotidiano, o a los
principios, largo tiempo ausentes.
Esta
fuera de cuestión que este país anda aquejado de una metástasis invasiva, la
corrupción. Está fuera de cuestión que la calidad democrática está muy
deteriorada por prácticas abusivas que invaden los derechos civiles y
ciudadanos. Está fuera de cuestión que el mercado laboral presencia los
momentos de mayor deterioro de los últimos cuarenta o cincuenta años, con
precariedad creciente y poder adquisitivo menguante. Está fuera de cuestión que
pilares básico que desde los años veinte del pasado siglo fueron tomando carta
de naturaleza en nuestro entramado social (incluso en los años de la
dictadura), -conseguidos con el sacrificio y la abnegación de generaciones
sucesivas-, el derecho a la salud, a la educación, a una pensión de jubilación,
protección social a dependientes o en riesgo de exclusión, están siendo
dinamitados, en unos casos con gazmoñería y en otros con brutal impunidad.
A
partir de ahí se abre una reflexión con no poco de esperpéntica. El CIS, y no hay
porque dudar que los que ante él se manifiestan estén tergiversando sus
sentimientos, nos dice que las preocupaciones mayoritarias en la ciudadanía son
la corrupción, el paro o la falta de confianza en los actores políticos. Parejo a ello existe una amplia información,
que superando las trabas que se puedan poner desde el poder, trasciende
ampliamente, dando a conocer las inmoralidades que se cometen, quienes son sus
autores, quienes las amparan, y quienes utilizan todos los mecanismos a su
alcance para evitar sean investigadas y mucho menos penadas. Ciertamente no
casan la confesión ante el CIS y la confesión ante las urnas. Se requeriría un
documentado dictamen explicativo de un psicoanalista, experto en patologías
sociales.
Sin
la menor duda la lectura de los resultados nos muestra que el abuso de poder y
de confianza ejercido en beneficio privado y en detrimento del interés
colectivo, no ha sido tenido en cuenta por el elector. Pese a tener nombres y
apellidos o en territorios especialmente golpeados por esa corrupción, que solo
parece molestar a ese mismo cuerpo electoral en las encuestas del CIS. Hace
cien años D. Ramón del Valle Inclán pareciera dar respuesta en Luces de
Bohemia: “En España el mérito no se
premia; se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo
malo”
Hubo
quejas muy severas ante la in inhibición del cuerpo electoral... Nadie se
detuvo a pensar que ese cuerpo electoral deseaba hace seis meses que le diesen
una respuesta, que sin pasar por asaltar los cielos (algo ocioso, pues pocos
quedan que crean en tal entelequia) devengase algo plausible para sus
intereses...Evidentemente muy lejos de
falaces mantras de manos tendidas (los días pares con cal y los impares con
vaselina) o de líneas rojas que encorsetaron a un candidato que vio más
cuchillos largos en su organización que los disidentes nazis en el curso de la
“Operación Kolibri”…o que sin necesidad de leer a Washington Irving, tenía
pesadillas diarias con “Los cuentos de la Alhambra”.
Uno
intentó seriamente en diversos amagos hallar una salida. Pero ni pudo, ni supo
y sobre todo, no le dejaron. El otro, estaba en otra historia. Fagocitando las
dos izquierdas clásicas para monopolizar una unidad de destino en la izquierda…
Al segundo, aunque a él no se lo parezca y considere finiquitada la operación,
el viejo partido comunista, cargado de historia, luchas y biografías
sacrificadas por la Libertad y el Progreso, quizás le provoque la necesidad de
recurrir a mucho bicarbonato para su deglución...y será curioso conocer quien
termina deglutido. El otro gran clásico de la izquierda, que no es raro se le
tilde alegremente desde esa orilla, los días que no toca mano tendida, como
cuadrilla de asesinos, liberticidas y ladrones, -no pareciera que tal estima la
merezcan el Sr. Iglesias (el honorable tipógrafo), D. Fernando de los Ríos, el
Sr. Largo Caballero, D. Julián Besteiro, o posteriormente D. Ernest Lluc, Doña
Carmen García Bloise, la Sra. Fernández de la Vega, el Sr. Peces Barba o don
Enrique Tierno Galván por citar algunos nombres propios...o modestas y modestos
militantes de la organización socialdemócrata española que cada día salen a buscar con ansía, como cada hija e hijo de vecino, sus garbanzos, soñando un mundo mejor -, se ha mostrado bocado excesivo. Demasiada
historia, demasiada convicción en unos valores compartidos, y un cuerpo
correoso con muchos latigazos ya sobre sus espaldas. Su cierto acratismo,
quizás herencia de D. Julián Besteiro y su permanente capacidad de
autoflagelarse haya llevado a una conclusión apresurada, confundir un mosaico
de espíritus críticos, con debilidad.
Da la
sensación que la vieja tradición cainita de la izquierda de este país, que
también sabe aprovechar la derecha en esta ocasión, aportó un personaje útil,
legitimo sucesor de otro que hace décadas desempeñó similar papel. En este
aborto de sorpasso, el más sorpasado fue aquel que la derecha
mediática y política convenció, con habilidad singular, iba a protagonizar tal
efemérides.… Una brillante manipulación de un dirigente bisoño, que no era
capaz de superar su sorpresa y desolación
en su particular Plaza de Oriente convocada para ungirse como gran líder
en noche de gloria. Una eficaz acción de los servicios “de inteligencia” de los
grandes intereses conservadores dentro de un libreto general, en el que era
pieza clave en convertir a esta formación en “come viejas y asalta conventos” para movilizar el voto de los más
miedosos, tibios o reaccionarios.
Esperando
que cada cual saque sus conclusiones en orden a sus responsabilidades, es
preocupante que haya ciudadanas y ciudadanos indiferentes a la aberración del
gobierno que han votado. Y muchos otros, que están dispuestos, frente a la res
pública a encogerse de hombros, y darle la espalda. Algo que sitúa los
intereses del común en gravísima orfandad. En el fondo de esta indiferencia
están los repetidos desaires a la moral pública y a la convivencia, envueltos
en impunidad y que plasma el inolvidable
Neruda…. “El fuero para el gran ladrón,
la cárcel para el que roba un pan.”...Algo que arrastra a la apatía cívica
y la melancolía personal.
Procede
decir adiós al día 26-J y a una etapa que no es recomendable volver sobre ella. Un mal sueño en el que
naufragó otro mayor...el que sobre la ruina moral de la corrupción, asomase con
esplendor un tiempo distinto que regenerase las instituciones caducas y los anacronismos que se mantienen en pie en
pleno siglo XXI, emancipando la política
de sus taras y purulencias.
Solo
cabe una severa autocritica, cada uno en su tienda. Y un propósito de enmienda
obligado, que abra espacios de entendimiento y dialogo. Algo que el país
quiere, necesita, exige. Un país que está ya más que harto de ser un obscuro objeto de deseo de intereses
enfangados en lo personal, dejando de lado lo substantivo...LO COLECTIVO.
Antonio
Campos Romay
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