Creo que se ha reparado poco en
el decisivo plantón de Ciudadanos a Rajoy tanto tras los resultados del 20-D
como tras los del 26-J. Descartada “la gran coalición” a los dos partidos de la
derecha española no les quedaba más camino que el de intentar negociar una
mayoría parlamentaria para gobernar, sumando inicialmente sus propias fuerzas,
que eran nada menos de 163 diputados tras el 20-D, y son ahora 169.
Pero en ambos casos, Ciudadanos
ha impuesto una condición muy difícil para el PP: nada menos que el relevo de
Rajoy. Tras las primeras elecciones la exigencia supuso que Rajoy ni siquiera
intentase formar gobierno rechazando la invitación del Rey para hacerlo. Parece
que ahora Rajoy ha vuelto a decirle a Rivera que de su relevo nada, quien por
ello lejos de aceptar gobernar con Rajoy se reunió con su ejecutiva para tomar
el “acuerdo unánime de votar en contra de su investidura en la primera votación
y de abstenerse en la segunda”, pidiendo además “generosidad al PSOE” para que
haga lo mismo.
Lo malo es que un investidura con
tan solo 138 diputados a favor (PP mas el de Coalición Canaria), 127
abstenciones en el mejor de los casos (Ciudadanos y PSOE), y 85 votos en contra
(Podemos y los nacionalistas vascos y catalanes), no es que no conduzca a la
ingobernabilidad porque Rajoy se atreve con todo, pero nos situaría en una
crisis política permanente de gravísimas consecuencias. En este sentido tiene
razón el PSOE cuando dice que el problema no es la investidura sino como
gobernar después.
Posibles Soluciones: 1)
Rajoy acepta ser relevado como
presidente del futuro gobierno, el pacto del PP con Ciudadanos sale adelante,
con muchas posibilidades de ampliar apoyos, y el país cuenta con un gobierno
estable 2) Rivera acepta a Rajoy como Presidente y el pacto PP-Ciudadanos sale
adelante, y aunque con menores posibilidades de sumar apoyos, sienta las bases
de un gobierno estable 3) No hay pacto con lo cual Rajoy, tal como hizo tras el
20-D podría decirle al Rey que no tiene apoyos para intentar formar gobierno 4)
Que sea la oposición (PSOE, Podemos,
Ciudadanos y alguno más) quien intente formar gobierno, cosa también
difícil por múltiples y variados motivos 5) Convocatoria de nuevas elecciones.
Problema de fondo: La derecha
tiene mayoría en el parlamento, pero está dividida y enfrentada, no por grandes
diferencias ideológicas o programáticas, sino por la corrupción y el liderazgo de Rajoy. Cuestión de la que
no se quiere hablar, que se oculta o minimiza dirigiendo los focos mediáticos
hacia el PSOE, al que la derecha española y su gran cohorte mediática, le
vienen exigiendo nada menos que el apoyo a una investidura que por sí misma no
resuelve ninguno de los graves problemas que tiene el país, y sirve únicamente
para sacarle las castañas del fuego a Mariano Rajoy y a quienes con él se han
incrustado en los puestos de responsabilidad de la administración del estado
con prebendas derivadas, y tienen pánico al cambio.
Xesús Mosquera Sueiro / 15 de Julio 2016
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