miércoles, 17 de agosto de 2016

La burla

El actual presidente del Gobierno en funciones de España ha hecho de la burla al país su principal afición: casi todo le ha salido bien en política; ha ocupado (y digo bien ocupado) varios ministerios sin haber dejado huella en ellos, ha presidido una Diputación Provincial cuando joven, ha ido de la mano del mejor representante de la derecha franquista en la España de las últimas décadas, Manuel Fraga, ha seguido sus pasos, ha participado en la decisión de que España participase en una guerra, la de Irak, ilegal e injusta (de lo que nadie habla) ha gobernado en país con mayoría absoluta burlándose de sindicatos, profesores, sanitarios y otros colectivos que, no obstante, no han tenido fuerza para apartale de una vez. 

Renunció a presentarse para intentar ser investido Presidente cuando se lo propuso el Jefe del Estado; ahora ha aceptado "intentarlo", es decir, utilizar la Presidencia de las Cortes en su favor, que no convocará el pleno de investidura hasta que el burlón se lo diga. No sabemos si se presentará a tal investidura pero sí pide los apoyos que le permitan ir a ella sin necesidad de convencer, mediante un discurso de estado en el que se viese la talla política que atesora. Por mi parte creo que ninguna. Es un zafio en muchas materias, es un cara dura en toda regla, se burla del país permaneciendo ocioso mientras este no cuenta con un Gobierno para una nueva andadura legislativa. 

Es capaz de aceptar las exigencias que le han hecho algunos (en mi opinión pardillos y oportunistas al tiempo) con la intención de inclumplirlas al primer momento. Las ha sometido a aquellos y aquellas que están incursos en casos de corrupción flagrante; él mismo ha cobrado dinero en negro, ha mentido, ha encubierto a delincuentes, ha escapado a sus responsabilidades. Se burla. 

Aparece ante los medios de comunicación para responder a los periodistas lo que él quiere y no lo que se le pregunta, se hace el gracioso como si el país estuviese para gracias; tiene un nulo prestigio internacional, ha sumido al país en la mayor crisis institucional desde la aprobación de la Constitución de 1978. El actual presidente del Gobierno en funciones reclama a los socialistas que hagan lo que él no hizo cuando se presentó a la investidura el señor Sánchez: abstenerse. Así se hubiesen evitado las segundas elecciones y el país estaría ya en marcha ante sus compromisos sociales, presupuestarios e internacionales. 

El que se burla alguna vez pagará, pero no tengo claro que sea ahora. El que se burla de un país donde doce millones de españoles lo pasan realmente mal, donde dos tercios de los ciudadanos no le quieren al frente del Gobierno, el que encubre a corruptos (la señora Barberá está investigada judicialmente y ahí está, bajo la tutela del presidente en funciones) este mismo personaje miente cuando dice que el Partido Socialista y el Popular comparten un mismo modelo de Estado: no es cierto. El socialismo español siempre ha sido comprensivo con los nacionalismos periféricos, la derecha ha estado en contra de las autonomías, ha metido al país en un lio monumental en el caso del nacionalismo catalán, sin ofrecer propuestas para dar solución al grave problema planteado... 

El Partido Popular no tiene el mismo concepto de la Unión Europea que el socialista: este ha contribuido a su formación y engrandecimiento; el Partido Popular no ha participado en nada importante hasta que España se ha visto admitida en la U.E. No comparten los citados partidos el modelo social, el educativo, el de las pensiones, el de la negociación colectiva (el zafio presidente ha hecho trizas al pacto de Toledo). El Partido Popular siempre ha combatido a los sindicatos de trabajadores; el socialista ha contribuido a su formación y engrandecimiento... Nada que ver la zafiedad, la burla, con electores socialistas, simpatizantes socialistas, que quizá estén temiendo se vuelva a sentar en la poltrona de la presidencia el mismo que hasta ahora para continuar con el escarnio y la burla. 

L. de Guereñu Polán.

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