Cantaba
en el siglo de oro español Lope Félix de Vega y Carpio con bello estilo, las
vicisitudes de Europa y Júpiter, que tanto valdrían en estos momentos para
desgranar el inquieto estado del gran territorio de azules y estrellas, de las que una, por su
brillo casi diríamos Sirio, se quedó en el camino. Europa, la culta, social,
librepensadora, fraternal y laica, se ve sometida al todopoderoso Júpiter,
capitalista acosador de insaciable lujuria dineraria, a satisfacerlo en sus
carnes de otrora virginal dama.
“Pasando el mar el engañoso toro, volviendo la
cerviz, el pie besaba de la llorosa ninfa que miraba perdido de las ropas el
decoro”…
Nuestra
ninfa estrellada ciertamente va perdiendo su decoro por actuaciones que la
alejan de ese sueño republicano, donde ilustres librepensadores, animados en
valores de fraternidad, humanismo, laicidad y tolerancia, de amor prioritario
al ser humano frente a otras contingencias, fraguaron con ilusión un espacio de
ciudadanía, para alejarlo definitivamente del sufrimiento y horror que acompaño
la primera mitad del siglo XX, quizás como herencia tortuosa de guerras de
religión, de frontera, de dinastías, de intereses, pero sobre todo de
incapacidad de vivir juntos…
Vivir
juntos…Algo que ha tropezado con la previsible dificultad de gestionar lo
distinto. Lengua, tradiciones, cultura,
economía. Obstáculos innegables a los que añadir el necesario acomodo de los diferentes grados de cultura y
biografía democrática. Y la necesidad de homologarlos, hasta alcanzar un
parámetro común que sea umbral de una situación de justicia social en la que la
ética se vea reflejada por una moral pública republicana, laica y cotidiana. Donde la fraternidad, la
felicidad del ser humano dejen la utopía para ser un hecho
“Entre las aguas y las hebras de oro ondas
el fresco viento levantaba a quien con los suspiros ayudaba del mal guardado
virginal tesoro”
Lejos
de la integridad inicial de los padres de la Unión, que fueron puliendo la
Europa bruta tras la Declaración Schumann, hombres como Adenauer, Monet,
Schumann o Gásperi, tan alejados moralmente de sujetos manifiestamente
mejorables como el Sr. Durao Barroso.
por citar un último ejemplo de como algo que debiera ser honesto y pedagógico
puede prostituirse, estamos en el quicio o quizás ya en el pasillo interior que
marca la catástrofe derivada de una crisis poliédrica, o más bien estafa
poliédrica. El brusco frenazo, cuando no ruptura, con un proyecto que situaba a
la ciudadanía como sujeto y con ell0, el pacto tácito entre las fuerzas
sociales y económicas de convivir de forma razonablemente armónica. Conciliando
la rentabilidad empresarial y el crecimiento del bienestar ciudadano, habilitando con ello
el engranaje del consumo. Algo de lo que
fueron pilares las dos corrientes de
pensamiento imperantes, socialdemocracia y cristiano democracia en su diversas
variantes
Son
tiempos donde una distorsión grosera de la cultura diseminada con la
complicidad y oportunismo de ciertos medios audiovisuales, genera una sumisión
gregaria que opaca el sentido de esta.
Se propicia el repliegue sobre el personalismo, el individualismo, en
detrimento de lo colectivo. De lo que se resiente cualquier ánimo de progreso
atropellado por una intencionada despolitización. Que a su vez se apoya en la
desconfianza en gobiernos e instituciones, cuyos comportamientos convierten en
lejanos y poco fiables. Es el triunfo de un sistema capitalista desordenado,
desregulado, cabalgando con desfachatez e impunidad sobre sociedades de masas
despersonalizadas, sin el menor respeto a los valores sociales, culturales,
ecológicos o de equidad social.
“Cayeronse a Europa de las faldas las rosas
al decirle el toro amores, y en ella, con el dolor de sus guirnaldas, dicen que
lleno el rostro de colores, en perlas convirtió sus esmeraldas y dijo: --- Ay
triste, yo perdí las flores ¡“
Frente
a la doctrina moral y ética primigenia se superpone otra, amoral y obscena.
Emanada de una globalización carente de alma. Que impone un concepto de vida radicalmente
distinto al diseñado tras la segunda guerra mundial para restañar heridas
seculares, donde se anteponía a otras consideraciones, como valor sustantivo la
estabilidad laboral, la dignidad salarial, y el crecimiento armónico del
individuo, tanto en lo material como en lo intelectual. Frente a ello amanece
la Europa hosca, insolidaria y cruel con los suyos y los ajenos. La que es
cautiva de la especulación económica y el capitalismo de casino. La que pliega
su dignidad atenazando el albedrio ciudadano con el chantaje sobre los derechos
sociales, su reducción progresiva, y el desmantelamiento de los mecanismo de
control social de la economía.
Lope
de Vega de plena actualidad….en el continente, y en este solar del continente,
aún España. Y como no, en Galicia. Con el acicate de que nuestra fragilidad y cuatro años de mal
gobierno y uno casi de desgobierno acentúan peligrosamente la patología común.
Cayeronse las faldas…yo perdí las flores… La
corrupción, el encanallamiento de un
neoliberalismo ramplón y de rapiña
entregando a los intereses privados lo público. Desde el falaz mensaje
de hacerlo eficaz, pero con la simple intención de saquear y vampirizar lo
posible hasta dejarlo exhausto y con ello arruinando lo construido por todas y
todos durante décadas, con combatividad social, con esfuerzo y sacrificio.
Es la
crónica negra de una política servil, siniestra, que se somete por las monedas
de Judas en forma de corruptelas y canonjías, a las más lesivas directrices
emanadas desde centros financieros foráneos. Situados en las antípodas de
nuestros intereses comunes. Y que con la complicidad de la infamia local y con
mano ajena, destrozan los restos de un incipiente estado
de bienestar….y con ello, nuestra esperanza y nuestro futuro.
Antonio Campos Romay
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