Me entero hoy mismo de que un
destacado miembro del Partido Popular intentó tragarse un “pendrive” con
importantísimas pruebas sobre la comisión de delitos en el caso “Gürtel” al ser
detenido por la policía en su propia casa. Asombroso.
Parece que en el Partido
Socialista hay quien intenta que los electores nos traguemos no un “pendrive”,
sino un misil para dar nuestra aceptación a un gobierno del Partido Popular. ¿Imaginamos al grupo parlamentario socialista
votando en el Congreso exactamente lo contrario (o no lo mismo) que en las
últimas sesiones de investidura donde el gran capo de la corrupción salió
derrotado? ¿Qué habría cambiado para que los electores pudiésemos aceptar una
actitud política tan diferente? Aparte el golpe palaciego al peor estilo
aristocrático del pasado día 1 de octubre, nada.
El actual Presidente del Gobierno
sigue siendo el mismo que ha encubierto la corrupción más extendida de toda la
historia democrática reciente, ha llevado a cabo las políticas más antisociales
que el Partido Socialista ha combatido, ha mentido a los ciudadanos una y mil
veces, ha exculpado a sus subordinados cuando cometieron los delitos por los
que ahora están siendo juzgados, él mismo ha percibido dinero de su partido
proveniente de “mordidas”, es decir, ilícito, y no ha cotizado al fisco por él…
y así se puede continuar hasta el infinito.
¿Y este es al que el grupo
parlamentario socialista está pensando en facilitar el gobierno? Es que unas
elecciones pueden resultar muy mal para los socialistas, se dice. ¡Pues vaya
forma de hacer política, anunciando a los propios electores que la batalla está
perdida! En materia de pronósticos electorales –se ha dicho muchas veces- no
hay nada escrito. En primer lugar el reparto de escaños puede variar en función
de la participación, que en el caso de elecciones el 18 de diciembre próximo,
sería baja. En segundo lugar, si el Partido Socialista perdiese escaños –ya que
no ha podido formar gobierno- ¿que más da diez arriba o abajo si de hacer
oposición se trata? Si alcaldes como el de Vigo no se niegan a participar en
las campañas electorales, como ha ocurrido con las recientes al Parlamento de
Galicia, no tendría el Partido Socialista por que perder escaños; otra cosa es
que la militancia dividida –los que la han dividido- se inhiba y no participe
en la captura de votos… Fíjense la mala conciencia de los que han urdido el golpe que suponen han sumido al Partido Socialista en otra derrota peor.
“El Partido Popular subiría
en número de escaños”, se escucha. ¿Y con que base se dice esto? ¿Por qué habría de subir
una y otra vez el partido de la corrupción? ¿No sería más lógico que bajase o
se estancase? Vuelvo a insistir que no hay nada escrito. Y si el Partido Popular
aumentase sus escaños y fuese capaz de formar gobierno con el apoyo del señor
Rivera, pues ya hay gobierno, ya no tiene el Partido Socialista el problema que
se le ha echado encima, ya está en la oposición, que es donde le quieren ver
algunos (no todos) los del golpe palaciego. A no se que ver al Partido
Socialista en la oposición solo fuese querido por estos si al frente estaba el
señor Sánchez, cambiando su posición si a la cabeza está otro. Desatino tras
desatino.
Por lo que ha trascendido del
Comité Federal socialista del día 1 de octubre pasado (me alegro de no tener
más información) deduzco que aquello debió de ser una gamberrada de las que
hacen época. Pero también sé que una gamberrada de unos pocos, no de todos,
como ocurre siempre, mientras que la gran madrina andaluza quedaba agazapada
mientras otros le iban consultando los nombres más idóneos para una Comisión
Gestora que ahora dirige al Partido Socialista y a la que deseo la mejor
suerte. Le deseo también que nadie la traicione, que en su seno no haya
conspiradores, que desde fuera ningún dirigente periclitado dé la señal de
alarma para cargársela y así seguir la espiral de estupidez en la que el PSOE
está sumido.
L. de Guereñu Polán.
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