Tal cosa se nos decia en
los titulos de credito de una serie televisiva que alcanzó no poco predicado en
su época. Tambien hay quien con fe ciega cree que sin primarias no hay democracia.
Parece que ambos casos son excesivos. Ni los senos, sin dudar de su carga
erotica, artistica y biologica, son defnitivos ni muchisimo menos en la
calificación de conjunto de una dama, ni las primarias santifican per se una
democracia.
El origen de las
primarias, cabe atribuirlo a la campaña para la elección del Presidente
Theodore Roosevelt a principios del siglo XX y al movimiento progresista que le
respaldaba. Una experiencia que fue asumida de inmediato por los Partidos
Democrata y Republicano. Aunque en Europa no caló demasiado (Francia, España e
Italia entre algún otro pais estan en ello). En
Lastinoamerica son numerosas las Republicas que las han adoptado, e
incluso las contemplan en sus leyes
electorales.
Uno de los efectos subtantivos
de las primarias es auspiciar tanto la seleccion de los que a priori se
entiende más adecuados y honestos, como hacer pivotar sobre la militancia de
las organizaciones politicas la selección de los nominados. Y con ello,
sustraer las decisión al dirigismo y arbitrariedad de las cupulas dirigentes
(popularizadas como "aparato") .
Las elecciones primarias
no se desarrollan bajo un solo modelo. Hay muchas variantes en orden a los
votantes con derecho a elegir, el sistema de votación utilizado, e incluso
tambien en cuanto a que puestos pliticos deben dirimirse en ellas. Y en algunos casos se contempla tambien la
participación de simpatizantes de las formaciones politicas, previamente
inscriptos como tales.
La punta de lanza de este
modelo en España, pensado para avanzar en la ecuación
"representado/representante" y darle mayor entidad al acto de
subrogar en otra u otro la gestión de los intereses del común, fue puesta en
escena por el PSOE, no sin ciertos desasosiegos en tanto alteraba profundamente
las practicas habituales del mismo. Y observado con no poco recelo de otras
formaciones politicas, muy comodas en el
sistema al uso.
En cierta forma es un
modo de desarrollo a lo previsto en el Titulo Preliminar de la Constitución de
1978, en su articulo 6 : "Los
partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y
manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la
participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres
dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y
funcionamiento deberán ser democráticos".
Reconocer que nuestra Ley
Electoral ampara un fuerte deficit en la traslación de la voluntad popular a la
realidad final, y que limita severamente la capacidad selectiva del ciudadano,
es simplemente describir una realidad. Sin ser la gran panacea que autentifice
definitivamente la decisión ciudadana,
si es un gran paso adelante en ese camino. Algo que no debe quedarse ahí,y que
atañe directamente a una reforma profunda de la Ley Electoral. Por ello parecen
como míniimo curiosas algunas reacciones con acritud, que las cuestionan y las
hacen depositarias del caos y el desorden. Pareciera que aletease un criterio
antañón, propio de un regimén politico
distinto, donde al ciadano/a se le consideraba menor de edad en según que
aspectos y fuere menester una tutela permanente desde las sesudas instancias,
en el caso que nos ocupa, las cupulas partidarias.
Alarman a algunos cierta
tensión latente en el ambito socialista o socialdemocrata, a la sazón inmerso
en tales menesteres. Quizas desconocen o lo obvían, las que se producen en EEUU
con las primarias. O en algunos otros paises más cercanos donde se llega a
pedir el voto para otra formación distinta relegando al candidato propio. En todos los procesos internos, los
comportamientos edificantes son bastante raros. Y cada uno en su razón, se
considera portador de las mejores esencias. Lo que sumado a la genetica
caudillista que nos es tan propia, contribuye a enracer más el ambiente.
Tras un proceso de
primarias, aceptando como inherentes al mismo salidas de tono, que si son
siempre inaceptables, en estas circunstancias debieran medirse más si cabe,debe
imperar la lealtad goblal a un proyecto y a la organización que es instrumento
del mismo. Y a la mujer u hombre que con su equipo hayan de pilotarlo. Evitando
vendettas que solo conducen a hemorragias empobrecedoras, o resistencias
numantinas encaminadas a entorpecer la gestión. Entender que tras la cierta
licencia de la disciplina convivencial, debe imperar la unidad, identificando
al adversario ideologico, que no es exactamente la compañera o compañero de
siglas. Algo que en la politica anglosajona suele tenerse meridianamente claro.
Quizás aunque pueda ser
doloroso reseñarlo, la anomalia no la representa el sistema. La anomalia reside
en la cultura democratica, de la que tras cuatro décadas andamos algo bisoños,
y a las acititudes patrimonialistas de aquellos que por mor de la historia se
consideran albaceas plenipoptenciarios.
En este caso, el PSOE,
que a lo largo de su casi siglo y medio de existencia se manejó con una alta
capacidad critica. Excusada es la referencia por via de ejemplo a los
rifirrafes entre "prietistas" y "caballeristas" en los años
20 y treinta del pasado siglo. Lo que en cierta medida fue su cruz, pero
tambien su cara. Su amor a la libertad de expresión interna. Al debate. Lo que
acertadamente compendió durante durante la Transición como eslogan:
"Socialismo es Libertad".
Más allá de inquietudes
temporales o de intereses concretos, es justamente lo que está practicando.
Antonio Campos Romay
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