martes, 9 de mayo de 2017

SIN TETAS NO HAY PARAISO



Tal cosa se nos decia en los titulos de credito de una serie televisiva que alcanzó no poco predicado en su época. Tambien hay quien con fe ciega cree que sin primarias no hay democracia. Parece que ambos casos son excesivos. Ni los senos, sin dudar de su carga erotica, artistica y biologica, son defnitivos ni muchisimo menos en la calificación de conjunto de una dama, ni las primarias santifican per se una democracia.
El origen de las primarias, cabe atribuirlo a la campaña para la elección del Presidente Theodore Roosevelt a principios del siglo XX y al movimiento progresista que le respaldaba. Una experiencia que fue asumida de inmediato por los Partidos Democrata y Republicano. Aunque en Europa no caló demasiado (Francia, España e Italia entre algún otro pais estan en ello). En  Lastinoamerica son numerosas las Republicas que las han adoptado, e incluso las  contemplan en sus leyes electorales.
Uno de los efectos subtantivos de las primarias es auspiciar tanto la seleccion de los que a priori se entiende más adecuados y honestos, como hacer pivotar sobre la militancia de las organizaciones politicas la selección de los nominados. Y con ello, sustraer las decisión al dirigismo y arbitrariedad de las cupulas dirigentes (popularizadas como "aparato") .
Las elecciones primarias no se desarrollan bajo un solo modelo. Hay muchas variantes en orden a los votantes con derecho a elegir, el sistema de votación utilizado, e incluso tambien en cuanto a que puestos pliticos deben dirimirse en ellas.  Y en algunos casos se contempla tambien la participación de simpatizantes de las formaciones politicas, previamente inscriptos como tales.
La punta de lanza de este modelo en España, pensado para avanzar en la ecuación "representado/representante" y darle mayor entidad al acto de subrogar en otra u otro la gestión de los intereses del común, fue puesta en escena por el PSOE, no sin ciertos desasosiegos en tanto alteraba profundamente las practicas habituales del mismo. Y observado con no poco recelo de otras formaciones politicas, muy comodas en el  sistema al uso.
En cierta forma es un modo de desarrollo a lo previsto en el Titulo Preliminar de la Constitución de 1978, en su articulo 6 :  "Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos".
Reconocer que nuestra Ley Electoral ampara un fuerte deficit en la traslación de la voluntad popular a la realidad final, y que limita severamente la capacidad selectiva del ciudadano, es simplemente describir una realidad. Sin ser la gran panacea que autentifice definitivamente la decisión  ciudadana, si es un gran paso adelante en ese camino. Algo que no debe quedarse ahí,y que atañe directamente a una reforma profunda de la Ley Electoral. Por ello parecen como míniimo curiosas algunas reacciones con acritud, que las cuestionan y las hacen depositarias del caos y el desorden. Pareciera que aletease un criterio antañón, propio  de un regimén politico distinto, donde al ciadano/a se le consideraba menor de edad en según que aspectos y fuere menester una tutela permanente desde las sesudas instancias, en el caso que nos ocupa, las cupulas partidarias.
Alarman a algunos cierta tensión latente en el ambito socialista o socialdemocrata, a la sazón inmerso en tales menesteres. Quizas desconocen o lo obvían, las que se producen en EEUU con las primarias. O en algunos otros paises más cercanos donde se llega a pedir el voto para otra formación distinta relegando al candidato propio.  En todos los procesos internos, los comportamientos edificantes son bastante raros. Y cada uno en su razón, se considera portador de las mejores esencias. Lo que sumado a la genetica caudillista que nos es tan propia, contribuye a enracer más el ambiente.
Tras un proceso de primarias, aceptando como inherentes al mismo salidas de tono, que si son siempre inaceptables, en estas circunstancias debieran medirse más si cabe,debe imperar la lealtad goblal a un proyecto y a la organización que es instrumento del mismo. Y a la mujer u hombre que con su equipo hayan de pilotarlo. Evitando vendettas que solo conducen a hemorragias empobrecedoras, o resistencias numantinas encaminadas a entorpecer la gestión. Entender que tras la cierta licencia de la disciplina convivencial, debe imperar la unidad, identificando al adversario ideologico, que no es exactamente la compañera o compañero de siglas. Algo que en la politica anglosajona suele tenerse meridianamente claro.
Quizás aunque pueda ser doloroso reseñarlo, la anomalia no la representa el sistema. La anomalia reside en la cultura democratica, de la que tras cuatro décadas andamos algo bisoños, y a las acititudes patrimonialistas de aquellos que por mor de la historia se consideran albaceas plenipoptenciarios.
En este caso, el PSOE, que a lo largo de su casi siglo y medio de existencia se manejó con una alta capacidad critica. Excusada es la referencia por via de ejemplo a los rifirrafes entre "prietistas" y "caballeristas" en los años 20 y treinta del pasado siglo. Lo que en cierta medida fue su cruz, pero tambien su cara. Su amor a la libertad de expresión interna. Al debate. Lo que acertadamente compendió durante durante la Transición como eslogan: "Socialismo es Libertad".
Más allá de inquietudes temporales o de intereses concretos, es justamente lo que está practicando.

 Antonio Campos Romay

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