El colmo de la indignidad de esta
democracia devaluada sistemáticamente en todos sus resortes la escenificó el
ciudadano Rajoy accediendo a una sala de justicia del brazo de un servil
Presidente de la Audiencia Nacional, repulsivo en su comportamiento en orden a
pisotear la equidad del tratamiento debido a los testigos y comparecientes en
un acto judicial. Algo que se
prolongaría en la disposición escénica, atropellando la normativa de ubicación
de testigos, encajando al ciudadano Rajoy, de forma delirante en el estrado. Lo
que se prolongaría con el “curioso” comportamiento del magistrado que presidia
la sala.
Es lamentable que de forma tan
espectacular se pongan en evidencia las penurias democráticas que carcomen
nuestro estado de derecho. Es vomitiva la actitud de un testigo, el ciudadano
Rajoy, chulesco y despectivo, amparado en sus exabruptos por un magistrado exclusivamente preocupado en acordonar las
preguntas incomodas, así como la deserción del interés de fiscalía y abogacía
del estado en el momento de inquirir o esclarecer.
Pero sobre todo es indignante soportar
como el ciudadano Rajoy falta a la verdad, bajo juramento, en sede judicial. Lo
hace con el mismo desparpajo que el Presidente Rajoy en sede parlamentaria. En
este segundo caso, sería eximente moralmente raído, que alguien como él, amamantado a los pechos del Sr. Aznar adquiriera
un desprecio a la verdad en sede parlamentaria, dada soltura que en ello vio aplicar
a su maestro en la sede de la soberanía nacional, sobre el tema de las armas de
destrucción masiva y la agresión a Irak.
El ciudadano Rajoy, “el político
de abierto veinticuatro horas”, no dice
la verdad. La rehúye con absoluta procacidad
y desahogo. Al menos “en alguna cosa”... Por vía de ejemplo, cuando dice que como
coordinador electoral y organizador de campañas, no tenía la menor idea del
dinero utilizado en las mismas…
O el ciudadano Rajoy es imbécil,
que no es el caso, o tiene una ausencia de pudor supino… algo presumible. Son
muchos cientos, las ciudadanas y ciudadanos
que lo largo de su tránsito por la militancia política han coordinado o
participado en niveles distintos en los comités electorales de campañas de sus
respetivas formaciones políticas.
No hay posibilidad racional ni material
de abordar la organización de una campaña electoral, sin conocer previamente el
dinero disponible para la misma. La disponibilidad económica será la que dictamine
la contingencia de disponer de locales, cartelería y programas, contratar
vallas y banderolas, disponer de autobuses o aviones para desplazamiento,
espacios publicitarios en prensa, radio o TV… En función de ella, se acotaran las
prioridades estratégicas y la elección de áreas y ámbitos de mayor interés en los que incidir, etc. La dimensión,
intensidad y amplitud o limitación de
una campaña viene ineludiblemente dictada por la disponibilidad económica. Y no
se puede coordinar o dirigir una campaña sin este dato previo. Y sin una
constante evaluación de los medios económicos, para habilitar cada tramo de las
acciones operativas.
Incluso hasta el Sr. Rajoy lo
sabe. SIN LA MENOR DUDA. Y como el, mucha más gente. Y por experiencia
propia. Todos los y las militantes que a lo ancho y largo del país en cualquier
formación política asumieron estas responsabilidades en la vida partidaria. Falta
el Sr. Rajoy de forma muy grave al sentido
común y al respeto a la inteligencia. Y disfraza la verdad de forma alevosa
retorciéndola de forma falaz… Y lo más grave, con ello pretende hacer comulgar
con ruedas de molino a la Justicia, a la ciudadanía española en general y a sectores
concretos de la misma que por experiencia personal conocen a fondo el tema.
El Sr, Rajoy es indigno de
permanecer un día más en su magistratura. Su actitud deshonra la democracia. Humilla
la decencia nacional. Con sus actos y comportamientos corrompe la democracia y
sus valores. Una democracia, que ha de
ser, igualdad y solidaridad…Valores en los que él no cree... D. Mariano Rajoy glorificaba en Faro de Vigo hace algunos años el
libro del intelectual nacionalsocialista, miembro de la Vieja Guardia de Falange,
Sr. Moure Mariño, “La desigualdad humana”(1983), publicado por la Fundación
Cánovas del Castillo, órgano de elaboración ideológica del PP. En él se negaba
de forma tajante, la igualdad de los
hombres, tachando de nocivas las ideologías que propugnan tal igualdad,
Escribía D. Mariano Rajoy, “la estirpe determina al hombre, tanto en lo
físico como en lo psíquico. Y estos conocimientos que el hombre tenía
intuitivamente –era un hecho objetivo que los hijos de “buena estirpe”,
superaban a los demás- han sido confirmados más adelante por la ciencia: nadie
pone ya en tela de juicio que el hombre es esencialmente desigual, no sólo
desde el momento del nacimiento sino desde el propio de la fecundación”.
El Sr. Rajoy es un elemento
nocivo para la democracia. Es un elemento nocivo para la solidaridad y la
armonía social. Y sobre todo, el Sr. Rajoy,
no es fiable… falta sin pudor a la verdad….
El Sr Rajoy, no
debe presidir una minuto más una democracia que se respete a sí misma y a su
ciudadanía.
Antonio Campos Romay
1 comentario:
no puedo estar más de acuerdo. Guereñu.
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