¿Puede
alguien argumentar a favor de que se privatice el Banco Mare Nostrum, resultado
del rescate por parte del Estado de varias Cajas de Ahorro? ¿Puede alguien
argumentar a favor de que se privatice Bankia, que ha sido nacionalizada por el
Estado? Si estos bancos pasasen de nuevo a manos privadas, España no contaría
con banca pública, como sí ocurre en países como Estados Unidos, Alemania,
Holanda, Francia e Italia, por citar solo algunos ejemplos.
¿Qué dicen
los partidos políticos españoles sobre la necesidad o no de una banca pública
donde, sin perjuicio de ellos, se admitiese capital privado minoritariamente?
Porque de existir una banca pública, esta, que debiera tener una función social
además de operar en el mercado, no llevaría a cabo prácticas abusivas sobre los
clientes, impositores, ahorradores, etc., a no ser que el gobierno de turno se
lo permitiese, pero toda banca pública ha de servir para condicionar las
políticas mercantiles del resto del sistema financiero, la banca privada.
Incluso
el Banco Mundial ha recomendado la existencia de bancos públicos en un informe
que lleva por título “Repensando el papel del Estado en las finanzas”. En
primer lugar, los bancos públicos son los que han seguido dando créditos en los
momentos de crisis, la más reciente entre ellas.
En
Suiza existen más de veinte bancos que dependen de cada uno de los cantones, su
capital es público aunque también se ha admitido capital privado en minoría.
Estos bancos financian proyectos económicos, de creación de empleo,
empresariales, dan créditos a autónomos, a emprendedores, y no actúan con la
avaricia de la banca privada, que tiene otros objetivos en el plano
internacional.
En
Alemania también hay bancos públicos que aportan el crédito necesario a las
pequeñas empresas, que no podrían soportar las condiciones leoninas de la banca
privada, dedicada, como la gran banca de todo el mundo, a operaciones
financieras a escala planetaria, a la especulación en bolsa, a vender productos
tóxicos y a intentar evadir el control de los organismos reguladores de los
estados.
En
Francia están la Caisse des Dépôts y
la Banque Postale, como también hay
un banco postal en Italia, que ha realizado inversiones muy beneficiosas ene l
sur de Italia, la zona con más necesidades de ayuda financiera. También existe en
Italia la Caja de Depósitos y Préstamos, que ya en su denominación indica que
no se dedica a lo que sí las grandes operaciones bancarias privadas, es decir,
la banca pública italiana hace lo que hicieron los primeros bancos en su
historia: admitir depósitos y conceder créditos.
En
Holanda hay un banco público, por lo menos (Banco Nedeerlanse Gemeenten) que
cuenta con accionistas privados, personales o corporativos, así como con la
mitad del capital propiedad del Estado.
Es
muy ilustrativo el papel que cumple en Dakota del Norte el banco público creado
por las autoridades, que ha permitido financiera muchos proyectos, colocando a
este estado entre los más prósperos de Estados Unidos, con excepción del
nordeste y de California.
¿Quienes han de gestionar la banca pública? Competentes expertos que, además, demuestren día a día una honestidad misionera, sujetos a controles rigurosos por el Banco de España y rindiendo cuentas al Parlamento cuando este lo exija, no enchufados porque no se ha encontrado para ellos otra prebenda, no ambiciosos que consideran el dinero destinado al bien público como si fuese propio.
Los
que no quieren una banca pública son los banqueros privados, que tampoco desean
un regulador como el Banco de España (el cual no ha cumplido su labor casi
nunca), que no quieren ni oír hablar de la Comisión para la Competencia, y que
incluso han protestado por la Orden ECC/2502/2012, de 16 de noviembre que
establece el Departamento de Conducta de Mercado y Reclamaciones dentro del
Banco de España.
L. de
Guereñu Polán.
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