No
es para tomárselo a broma, por los riesgos que para España supone
el resultado de no dotarla de un Gobierno fuerte en una época
difícil, pero las similitudes con la película de los Marx saltan a
la vista.
En
otras ocasiones ya he utilizado la metáfora y la parábola, para
intentar un análisis de situaciones políticas complejas, exponiendo
mis opiniones lejos de términos que, por grandilocuentes y
profundos, solo quedan claros a los expertos que tiene que acreditar
su sabiduría utilizando su propia jerga. Hoy vuelvo a intentar
aproximarme a un tema tan serio, como no tener un gobierno con
competencias plenas y lo mas estable posible, en un periodo lleno de
dificultades para España y sus ciudadanos, sin ánimo de crear mas
confusión y alarma.
Un
proceso lógico de negociaciones para formar Gobierno debería haber
pasado por primero establecer un programa, segundo negociar una
estructura adecuada a sus objetivos y por último buscar, y ponerse
de acuerdo, en las personas a las que situar en esa estructura.
Del
documento de un posible programa el PSOE ha ofrecido dos versiones,
la primera de 42 páginas, la última de 50, y aquí surge la primera
similitud con una de las escenas de la película, la respuesta el
interlocutor nos lleva al inefable dialogo de la lectura y
negociación de un contrato, quien no recuerda aquello de "la
parte contratante de la segunda parte…". En
palabras de
los
negociadores de Unidas Podemos
“no
es una propuesta seria ya que “es un corta y pega de su programa
electoral” “lo que nos parece lo más sensato: negociar de manera
integral un programa de estabilidad con prioridades muy concretas
un
Gobierno ya”
y su anuncio y publicación en los medios “una falta de respeto”
incluso “una humillación”.
Al
avanzar en las negociación se acepta
que va a existir un Gobierno de coalición, como ha exigido desde el
principio Unidas Podemos, pero al intentar concretar la propuesta las
versiones de en que se traduce ese Gobierno son, de una parte un
equipo único pilotado por quien obtuvo 123 escaños, de la otra dos
equipos bien diferenciados y con gestiones ejercidas en competencia
exclusiva. Hay que añadir que los ministros del U.P. , con
una aportación de
apoyo de
42 escaños de 6
fuerzas
diferenciadas, controlarían
el 100 % de los ingresos (De acuerdo con el contenido de su propuesta
escrita ese
dato no es posible desmentirlo) y en el capitulo de gastos rondarían
el 50%. Y aquí surge nuevamente la similitud con la película.
Veamos,
en un barco con destino a Nueva York viaja la compañía de grandes
estrellas de la Ópera de Milán, que en buena lógica ocupan los
mejores camarotes . A bordo viajan también unos polizones. Aceptados
por los titulares de los camarotes y su dirigente como iguales,
surgen exigencias de servicios de limpiadoras, manicuras, un plomero
etc, y grandes cantidades de comida, nada es suficiente, a todo hay
que añadir dos huevos duros, mejor tres. Resultado: la acumulación
termina por hacer reventar el camarote. Acepto que habría que
sustituir, para evitar que se acuse al articulo de irrespetuoso, la
figura del polizón por la de viajero legal de otro nivel (el cuarto
p/e). pero la analogía es muy evidente.
Pero
el problema principal es que, al igual que en la película, el caos
generado por los inesperados pasajeros, al condicionar todo el
devenir del proceso, consigue que el gran objetivo, formar un
Gobierno o representar una gran obra, pasa a un segundo plano y
parece ser menos importante que como se cuenta el porqué ese gran
objetivo no se llevó a buen término.
Julio de 2019
Isisoro Gracia
No hay comentarios:
Publicar un comentario