Se ha dicho que el año
1953 fue clave para el Partido Socialista Obrero Español, pues su Comisión
Ejecutiva cayó en manos de la policía franquista y la organización quedó
desarticulada, aunque quedaban los socialistas del exilio, intenando superar
las divisiones que les caracterizaran durante la guerra civil y en la primera
postguerra. Una de las víctimas de la represión franquista fue Tomá s Centeno
Sierra, que ya había sufrido confinamiento en el campo de Albatera (Alicante)
en 1940, para luego ser encarcelado en Madrid y condenado a pena de muerte.
Años después le fue conmutada dicha pena y trasladado a El Escorial, donde trabajó
en la obra de Cuelgamuros, sepultura de tantos republicanos y/o españoles sin
más. La pena que sufrió fue tan arbitraria que, después de haber estado
condenado a muerte, se le puso en libertad vigilada en 1945, no sin antes pasar
por otras vicisitudes penosas.
Se puso en contacto con
Antonio Hernández Vizcaíno, que sería Presidente del PSOE a principios de los
años cincuenta, teniendo que entregar la documentación del partido a Tomás
Centeno antes de huir a Francia, pero este sería detenido un año más tarde, sufrió
torturas y decidió suicidarse (al parecer) en los calabozos de la Dirección
General de Seguridad. Había nacido en Valderas (León) en 1903 y durante su
juventud trabajó en una empresa de tranvías, llevándole esto a la Unión General
de Trabajadores.
Eduardo Villegas Vega
nació en Madrid en 1899 y vivió hasta 1971. Empleado de banca, colaboró en la
preparación y traslado hasta Cartagena del oro del Banco de España que el
presidente Negrín decidió entregar a la Unión Soviética a cambio de las armas
que la República recibía de dicho estado. Ya en 1939 fue apresado en Porlier
(Madrid), luego trasladado a El Dueso (Santander) y consiguió la libertad
vigilada en 1944 para, solo un año más tarde, formar parte de la Comisión
Ejecutiva del PSOE, pero otro año más tarde volvió a ser detenido y pasó por
varias cárceles hasta 1960, donde participó en huelgas de hambre, demostrando
una osadía poco común con el régimen penitenciario de aquellos años.
Pablo del Pino, según
consta en los Archivos de la UGT, fue miembro de su Comisión Ejecutiva entre
1945 y 1954, así como de la del PSOE en la misma de la que formaban parte los
que aquí se citan. Rafael González Gil había nacido en Madrid en 1913, muriendo
en Palma de Mallorca en 1986. Joven cuando dio comienzo la guerra civil, se
alistó en las milicias luchando en la sierra de Guadarrama y luego en la
retaguardia madrileña. En 1938 le vemos en Extremadura durante unos meses y
luego en Buitrago (Madrid). Tras la guerra estuvo huido y en 1949 se fue a
Ferrol (A Coruña) trabajando en una empresa de construcción, como había hecho
con anterioridad. Detenido en Madrid en 1953, sufrió prisión en diversas
cárceles hasta comienzos de los años sesenta.
Juan Iglesias Garrigós
nació en Bilbao en 1915, pero no he podido saber gran cosa sobre él, figurando
muy pocos datos sobre su vida militante en el Archivo de la Fundación Pablo
Iglesias. Teodomiro Menéndez Fernández nació en Oviedo en 1879 y murió en
Madrid en 1978. En la masonería desde joven, ya estaba en la UGT en 1908.
Durante la dictadura de Primo fue presidente de la Sociedad de Obreros Armeros
y durante la II República ocupó altos cargos administrativos entre 1932 y 1933,
sufriendo ya prisión por su participación en la insurrección de 1934 y
condenado a muerte, pero esta le fue conmutada por prisión en El Dueso hasta el
triunfo electoral del Frente Popular (febrero de 1936). Tras la guerra estuvo
en Francia y en Burdeos fue detenido por la GESTAPO en 1940. Entregado a las
autoridades franquistas, de nuevo fue condenado a muerte, pero también le fue
conmutada la pena por la de reclusión, librándose de la suerte que sufrieron
Zugazagoitia y Cruz Salido entre otros, fusilados. En libertad y en prisión
arbitrariamente, le vemos en la Comisión Ejecutiva del PSOE a principios de los
años cincuenta.
Antonio Pérez estuvo,
sobre todo, vinculado a la UGT, y en ella desarrolló su actividad socilista,
además de formar parte de la Comisión Ejecutiva del PSOE desarticulada en 1953
por la policía. Máximo Rodríguez Valverde nació en un pueblo toledano en 1909,
falleciendo en 1997 después de haber sido diputado en las Cortes del actual
régimen político. Ebanista desde niño, fue miliciano durante la guerra civil,
batallando en la provincia de Ávila, llegando a ser comandante del ejército
republicano actuando en Somosierra y Guadarrama. Detenido tras la guerra,
estuvo preso en Chamartín y luego en Alcalá de Henares (1939). Condenado a
muerte, le fue conmutada esta pena por la de reclusión, a la postre durante 20
años, pero salió en libertad en 1944 (las cárceles franquistas estaban
saturadas de presos y la política de libertades vigiladas fue relativamente
frecuente). Militó en el PSOE con Gómez Egido, Hernández Vizcaíno y Tomás
Centeno, comisión ejecutiva la de este último de la que formaba parte Máximo:
le recuerdo en el escaño, llevando cuenta de los asistentes a los plenos…
¿pueden los partidos de derechas aportar lucha tan tenaz por la libertad y la
igualdad demostrada por estos socialistas, dispersados por la fuerza en 1953?
L. de Guereñu Polán.
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