El Bloque Nacionalista Galego
¿qué es? Obviamente una organización política con actuación exclusivamente en
Galicia que, contrariamente a lo que ocurre con los partidos que le son más
afines en España (Esquerra y PNV) tiene una implantación muy inferior y unos
resultados electorales, desde hace tiempo, que le dejan muy lejos de poder
gobernar verosímilmente. De 313 municipios de Galicia, el Bloque nacionalista
solo tiene 26 alcaldías, la mayoría de ellas en municipios muy pequeños y del
medio rural (Rianxo, San Sadurniño, Santiso, Tomiño, Toques, Viana do Bolo, A
Mezquita, A Pobra de Brollón, As Neves, Allariz, Baños de Molgas, Barro,
Carnota, Castrelo de Miño, Mazaricos, Moeche y Muras). En otros casos se trata
de villas como Ponteareas, Ribadeo, Carballo y Fene, que han ido perdiendo
importancia con las transformaciones económicas que se han sufrido. Solo una
capital de provincia está en manos de los nacionalistas, Pontevedra, gobernando
en minoría y teniendo que llegar a acuerdos permanentes con otros partidos.
Esta misma situación se da en otros municipios de los citados.
Es cierto que los nacionalistas
del Bloque constituyen importantes apoyos en algunos municipios para que pueda
gobernar el Partido Socialista u otros, pero en todo caso muy poco precisamente
en el ámbito en que cabría suponer que le es más propicio, el más cercano a los
ciudadanos.
La irrupción de candidaturas que
han hecho pactos con Podemos (conglomerado que aún no sabemos en qué quedará)
ha hecho estragos en el Bloque, que podría recuperarse algo, como el Partido
Socialista, en las próximas elecciones autonómicas si esas Mareas se
diluyen como un azucarillo, lo que es de esperar, porque no han constituido
factor de cambio real en lo absoluto. Formadas a partir de grupos populares
desarticulados hasta ahora, disidentes del Bloque y de otros partidos (puede
que algún despistado antiguamente en el PSOE), no tienen un programa y discurso
diferenciado del Bloque o quedan desfiguradas (dichas Mareas) por el espacio
electoral y presencial que ya tiene el socialismo gallego, que gobierna en
varias capitales y ciudades importantes, además de en varias Diputaciones
Provinciales.
Llama la atención también el
escaso éxito electoral del Bloque nacionalista en las zonas costeras, las más
dinámicas y donde antaño tuvo sus viveros: Bueu, Fene, Moaña, Poio, Rianxo,
Ribadeo… En realidad el Bloque, durante veinte años, ha sido lo que ha
representado su líder más carismático, el señor Beiras, que ha demostrado hasta
la saciedad donde estaba su techo electoral. Una vez que este señor se apartó
del Bloque sus apoyos fueron allí donde él se cobijó. Con su desaparición de la
escena política no se ve ninguna figura intelectual y popular que le pueda
sustituir.
Pero empezaba este artículo con
una pregunta: el Bloque es una organización de izquierdas, pero interclasista
en sus aspiraciones, con una ideología muy deshilachada por el paso de los
años. ¿Dónde queda el marxismo-leninismo de la vieja guardia? Luego se
convirtió en un “movimiento” donde cabía todo nacionalismo (desde el antiguo
Partido Galeguista hasta los más veteranos del PSG que no se integraron en el
PSOE, estos la mayoría).
Algo se debe al nacionalismo
gallego: la recuperación de la lengua vernácula, la toponimia y otros logros en
materia cultural, a veces exagerados sectariamente, pero lo cierto es que los
demás partidos, con más o menos entusiasmo, los han ido asumiendo. Fuera de
esto, en la única oportunidad que el nacionalismo gallego tuvo para gobernar
Galicia, en coalición con el Partido Socialista, se dedicó a dividir, complicar
y perder el tiempo en discusiones de poca monta, con lo que el PP volvió a
ganar por mayoría absoluta.
En relación a la mayoría absoluta
del PP ¿los nacionalistas gallegos se han preguntado el por qué de este
fenómeno cada cuatro años? Porque no he oído análisis alguno sobre la materia.
Es cierto que en parte se debe a razones objetivas (estructura de la propiedad,
individualismo antropológico…) pero tiene que haber otras causas subjetivas:
falta de liderazgo en el nacionalismo (como en el socialismo gallego),
implantación insuficiente, desaprovechamiento de las instituciones, programas
no pegados al terreno y que con frecuencia caen en contradicciones
(autodeterminación para Galicia en seguidismo del nacionalismo catalán…) etc.
Lo que sí está claro es que
Galicia no es nacionalista, encontrándose el caladero de esta ideología en la
Universidad, en las zonas costeras y en grupos minoritarios de las ciudades.
Galicia es un país conservador con claridad, que concentra su voto en un
partido claramente hegemónico, aquel que menor tradición democrática tiene (lo
que debiera hacer pensar a nacionalistas y socialistas) y que, por lo tanto,
hay una labor de democratización de la sociedad gallega que corresponde a los
que tienen la democracia como base para avanzar en todas direcciones. Galicia,
a todas luces, va por detrás de otros países de España.
Para empezar, bien haría el
socialismo gallego en no que querer ocupar el espacio del nacionalismo, ya de por
sí escuálido.
L. de Guereñu Polán.
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