Contemplar entrar en la carcel a alguien no es motivo de
especial satisfacción. Es simplemente constatar que una sociedad enferma
necesita terapia en la persona de uno de
sus actores. Lo que si indigna de forma especial, es que quien entra sea un
individuo con alto nivel academico, que alcanzó reconocimiento en momentos de
su periplo vital por parte de muchos compatriotas, gozó siempre de una posición
acomodada y a quien la ciudadania retribuyó su trabajo con altisima
generosidad.
Un individuo que teniendo como estipendio varios cientos
de veces el salario minimo con el que se asfixia al trabajador por cuenta ajena,
y teniendolo con cargo a los presupuestos, nutridos en su mayor parte con el
sacrificio y sudor de los que menos tienen, sea un vulgar ladron, un fullero,
una rata codiciosa con desenfrenada afición por el dinero ajeno.
Alguien que con deseverguenza supina se reclama pomposamente
como patriota español, Al que España envió con amplio respaldo del arco
parlamentario a una institución economica internacional del maximo relieve, y
que devino en vulgar delincuente, arrastrando por el fango el nombre de su pais.
Un corrupto que siempre pretendió escudar su desverguenza
en insolencia chulesca, hasta que consideró oportuno a la puerta de la carcel,
con miserable cobardia, apelar a los sentimientos pididiendo perdón con
hipocresia cinica, en busca de la empatia de la gente decente. Algo que el
nunca mostró en su practica de manilargo soberbio que se consideraba impune
ante cualquier avatar.
Fue el Vicepresidente primero del Gobierno de España del
que era Presidente un sujeto que en su delirio de soberbia realizó la boda de
una hija en El Escorial en cutre parodia de fastos imperiales fronteros al
ridiculo más absoluto, con lo que era simplemente Corte de los Milagros, Que en
una gran mayoria terminó ante la justicia por saqueadores de lo publico,
incluyendo los que financiaban el bodorrio.
Quine ha entrado en la carcel como lo que es, un
delincuente y un ladrón, no es sino el icono que visualiza la razón de una
sociedad desalentada. La muestra de mayor relieve de la pustula de la
corrrupción que convirtió al Partido Popular en la primera orginación politica
señalada por los jueces como organización articulada para delinquir. La unica
razón, -y no otras peregrinas y miserables-, para llevarse por delante el
gobierno de un Presidente que a otro notorio delincuente le enviaba animos
diciendole “se fuerte Luis”, se reconfortaba diciendo “viva el vino” y
reconocia con su peculiar fluidez de ideas, “Todo lo que se refiere a mí y a los compañeros del partido no es
cierto, salvo alguna cosa que han publicado los medios”. Alguien que al ser
expulsado del gobierno por una amplia mayaria de la Cámara, el primero en
democracia, dejaba tras de si un daño en la finea de flotación de la
credibilidad de esta, de dificil reparación.
Una organización
que sistematizó que los fondos publicos desviados por alcantarillas putrefactas
eran para saciar la codicia de los corruptos con increible impudicia. Y que en
consecuencia no dudó en golpear a la ciudadania en crueles recortes de sus
derechos economicos y sociales, dinamitando el incipiente estado de bienestar. Que
desde la época de la presidencia “del padre de la contrayente”, asaltó con
sedienta cleptocarcia las empresas publicas para entregarlas en sustanciosas
rodajas a amiguetes y compinches con la factura de los hechos de mano del delincuente que acaba de ingresar en
prisión.
Desmantelar lo publico y saquearlo, esto si es un
autentico GOLPE AL ESTADO. Al estado de binestar, al patrimonio común de la
ciudadania y a su calidad de vida. Esto debiera saberlo el pupilo del “padre de la novia”
cuando en soflama desquiciada, habla de golpismo y golpistas. Cuando perdiendo
los ultimos vestigios de cordura y saltandose el cortafuego que separa la
dureza legitima de un debate parlamentario, pasa a la procacidad tabernaria y al
comportamiento de los fondos ultras de los estadios, calificando al Sr.
Presidente del Gobierno como golpista.
La miopía reaccionaria en la que se empodera abusivo el
meritorio del “padre de la novia”, -lo más tosco de los postulados de una
derecha que se avergüenza de ser derecha-, (moderna, democrática y europeísta),
y su empeño a machamartillo de la defensa de los privilegios por los sectores mas
insolidarios en lo económico, lo político y lo confesional, le conduce a
una diarrea discursiva que provoca el mismo grado de vergüenza colectiva que el
caso del Vicepresidente ladrón.
Uno de los datos que nos refiere el nivel de corrupción de
un país reside en la conciencia de ello que tienen sus ciudadanas y ciudadanos.
Aquí es la ciudadanía la que sitúa esta como primer problema tras el paro. Y no
lejos en degradada credibilidad, a los políticos y las formaciones políticas. La honestidad civil es una forma de convivir que junto a la
justicia, se exige como valor
indispensable para que las relaciones humanas se desenvuelvan en un
ambiente de confianza y armonía.
El implementar
estrategias en aras de recuperar la honestidad y la transparencia es uno de los
mayores retos derivados de la moción de censura. Acometer desde un gobierno honesto,
políticas de transparencia y de atender las demandas de la sociedad en la
recomposición del tejido destruido de solidaridad y justicia social. Es un
compromiso indeclinable que se está afrontando en el más complejo de los
escenarios. Una senda nada fácil que provoca la reacción más brutal de quienes
de la impunidad, la corrupción el pillaje y la rapiña hacen industria.
La corrupción produce un
inmenso daño social, pues atraviesa todos los sectores. Frente a ello solo cabe ser infatigables en fomentar
la transparencia y la honradez. Devolviendo un clima de confianza y seguridad,
que sean cimientos de una autentica sociedad democrática.
*Antonio Campos Romay ha sido diputado en el Parlamento de Galicia
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