Antes incluso de que se materializase el acuerdo sobre los
Presupuestos entre el gobierno español (PSOE) y PODEMOS (10 de octubre).
Prácticamente desde que estos dos partidos habían empezado a negociar
ya la derecha española (“derechona”) lo atacaban a pesar, incluso, de no
haberse concretado nada. Una vez conocido y firmado el acuerdo los
ataques continúan y con especial virulencia por parte de algunos
partidos y sus altavoces manxadoiras. Ataques que, por otra parte, no
resisten lo más mínimo contraste con la realidad de los contenidos del
acuerdo firmado y que son públicos y conocidos. Realmente hay razones
para pensar que muchos de los críticos no fueron quien de leerse el
texto del acuerdo
.
Una de las muchas herencias
negativas que dejaron los gobiernos de Mariano Rajoy (PP) fue que se
habían disparado las desigualdades sociales y territoriales. Unas
desigualdades que tienen causas políticas: las políticas de duro ajuste
fiscal y rebaja salarial que vienen aplicándose en España, y en Galicia,
desde hace ya más de una década. Unas desigualdades que tienen, por
tanto, causas fiscales y laborales entre otras. Unas desigualdades que a
nivel fiscal vienen, por caso, reflejadas en el desigual y
discriminatorio trato que reciben las rentas del trabajo y las rentas de
capital. Desigualdad que confirma el dato de que mientras las rentas
del trabajo recogen menos del 50% del riqueza nacional –uno de los
niveles más bajos de la Unión Europea- aportan las arcas públicas más
del 75% de los ingresos tributarios. Divergencia que refleja una mayor
presión fiscal en las rentas medias y bajas al tiempo que un mayor
fraude (80%) por parte de las rentas altas. No por casualidad a presión
fiscal en España está más de 10 puntos por debajo del promedio de los
estados europeos de nuestro entorno.
En este marco el acuerdo PSOE-PODEMOS en materia fiscal contiene luces y sombras. Empezando por estas últimas señalar que en el Impuesto de sociedades a
rebaja para las pymes del tipo nominal del 25% al 23% apenas tendrá
incidente en este colectivo por dos razones: la) Escaso ahorro, b)
Reducido número de empresas afectadas (5%). Lo mismo sucede con el
aumento del Impuesto sobre el Patrimonio especialmente
por tratarse de un tributo que esta transferido en la mayoría de las
comunidades autónomas que en casos como en Madrid –donde están
domiciliados muchas de los grandes capitales: más del 50%- tienen
bonificaciones del 100%. Igualmente modesto aparece el acuerdo relativo a
la lucha contra el fraude fiscal que en España
consigue uno de los niveles más elevados de Europa (25%: 75.000 millones
de euros). Un objetivo fiscal que había debido tener carácter
prioritario puesto que, por caso, situarnos en los niveles medios
europeos supondría incrementar los ingresos tributarios anuales en más
de 35.000 millones. En el lado de las luces está por caso el acuerdo
sobre el IRPF de incrementar el tipo marginal aplicable
las rentas altas -130.000 y 300.000 respectivamente-, medida que, según
los expertos (GESTHA), puede suponer un incremento en la recaudación
tributaria superior a los 850 millones de euros.
En agárrenlos globales hay de subrayar que estas medidas fiscales siendo positivas son claramente insuficientes
muy especialmente porque aun mejorando la progresividad del sistema
fiscal español no suponen una importante reducción en la leyenda
tributaria actualmente existente entre las rentas de trabajo y de
capital ni tampoco nos acerca a los estándares europeos. Del mismo modo
sí se puede afirmar con rotundidad que los argumentos de las élites
políticas (entre ellos el actual presidente de la Xunta de Galicia,
Núñez Feijoo) y económicas y sus altavoces de que estas medidas fiscales
habían perjudicado las clases trabajadoras son rotundamente falsos
ya que todos ellas so afectan a las rentas altas y las grandes
sociedades y fortunas. Incluso el impacto del llamado impuesto al
gasóleo será muy reducido para las clases populares. Pero ya se sabe, a
los ricos les irrita pagar impuestos.
En el lado de las luces hay también que situar tanto el acuerdo de subir el SMI como de revalorización de las pensiones y de grabar las transacciones financieras –compraventa de acciones-.
Resulta bochornoso escuchar los argumentos de las élites en contra de
estas medidas. Argumentos mentirosos y falsos además de tremendamente
injustos. Por caso el SMI español está, y seguirá estando pesando del
aumento prometido, tanto en valores absolutos como en valores
equivalentes entre los más bajos de la eurozona y muy inferior a la de
los estados de nuestra entorno. Pero, ya se sabe, para esta derechona
todo lo que sea incrementarlos ingresos de los trabajadores y fomentarlo
vicio.
Podíamos seguir desgranando las medidas
contempladas en el acuerdo Gobierno (PSOE)-PODEMOS que, resulta
indiscutible, intenta dar un auténtico cambio de rumbo las políticas
austericidas aplicadas durante esta última década por el Partido Popular
(PP). Sí, como señalamos, los firmantes quieren compensar el grande
esfuerzo hecho por los pensionistas durante este período lo mismo sucede
con los desempleados de más edad (<52) cuya
reincorporación al mercado laboral aparece muy difícil, lo que los
coloca en una situación de extrema vulnerabilidad por falta de recursos
igual que les sucede las familias que carecen de recursos económicos.
Que pensionistas, despedidos de mayor edad y familias en riesgo de
exclusión sean objeto de atención, aunque sea modesta, en el acuerdo
supone indiscutiblemente un giro social en las políticas
gubernamentales. Giro que se ve confirmado con el compromiso de
incrementarlo gasto público en funciones públicas de bienestar tan
castigadas por los recortes como la atención sanitaria, la enseñanza y la dependencia.
Sí este gobierno, con el apoyo con los fuerzas de cambio y el
movimiento sindical lleva adelante estos compromisos, aun siendo estos
claramente insuficientes, lo eres supondrá un indiscutible giro con
mayor carácter social en relación las políticas austericidas de las
últimas décadas. Será un claro paso adelante en la lucha contra la
grande desigualdad social en España y, por tanto, en Galicia.
Delante
de este marco la izquierda antisistémica gallega no puede permanecer
impasible ni caer en una crítica frontal por mor de las insuficiencias
del acuerdo –de algunas de las cuales me los dice cuenta-. La moción de
censura positiva fue una gran noticia para las clases populares tanto de
España cómo de la misma Galicia y así lo reflejan la mayoría de las
encuestas. El nuevo escenario político creado permite un mayor poder de
incidencia y correspondabilidad de las izquierdas antisistémicas
gallegas que estas no deberían desaprovechar.
Por
otra parte en relación al acuerdo firmado cabe preguntarse sí con este
PSOE, con tan fuertes vínculos con las élites económicas y financieras,
¿era posible un acuerdo más ambicioso? ¿El nuevo escenario daba para
mayores conquistas? De no firmarse el acuerdo, ¿qué escenario se abriría
en España y, por tanto, en Galicia? Por caso, ¿la defensa del acuerdo
impide seguir reivindicando medidas más ambiciosas como la reforma del
sistema de financiación autonómica? ¿Impide seguir defendiendo una agenda política gallega?
En
este último aspecto, de grande importancia para Galicia, sí cabe
lamentar el pobre papel desempeñado por los/las diputados/las de EN MAREA en el Parlamento español. La diferencia de otros/las parlamentarios/las periféricos/las (por caso los de Comunes, Compromis, ERC…)
su visibilidad fue, y sigue siendo, prácticamente nula o muy endeble.
Una actuación que muy posiblemente sea castigada en las urnas en
próximas convocatorias electorales.
Son tiempos de
compromiso y de que cada quien asuma sus responsabilidades. En el caso
de la izquierda gallega antisistémica son tiempos de compromiso con la
mayoría social española y gallega que, con toda seguridad, apoya el
acuerdo presupuestario del GOBIERNO (PSOE)-PODEMOS-EN MAREA- COMPROMIS-
COMUNS.
Manoel Barbeitos
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