Visto en la distancia
que dan los lustros, el proyecto España, basado en la suma de los proyectos
Cataluña, Euskadi y Galicia, y también del resto de proyectos (Andalucía,
Extremadura, Valencia, etc.) han sido proyectos de éxito, sobre todo si miramos
las mejoras que han disfrutado sus ciudadanos, en la práctica totalidad de las
áreas que le relacionan con las administración. Eso ha sido así al menos hasta
que entrado el siglo XXI se modificaron textos y actitudes políticas, de forma
bastante desordenada y sin una idea vertebradora evidente.
Con la disculpa del
amejoramiento de los distintos Estatutos se superaron límites que, durante más
de 25 años, habían permitido avanzar a todos, manteniendo el equilibrio que permite una buena convivencia
común. Hoy, con la disculpa de superar la crisis, se producen casi todos los
días propuestas de reforma, eso sí en direcciones opuestas según la posición
política de cada proponente.
Pues bien, dejando
meridianamente claro que no hay fracaso del Estado Autonómico, sino excesos y
errores parciales, producidos sobre todo en los últimos tiempos, quizá sea el
momento de abrir reflexión sobre como corregir lo menos, manteniendo lo más.
Sin perder la perspectiva que, si se abre reflexión, los ejes sobre los que
reflexionar son múltiples, desde el centro hacia la periferia, como reclaman
los partidos nacionalistas y regionalistas, pero también en sentido inverso
cuando los ciudadanos se sientan peor servidos. Desde la supresión de entes que
se muestran poco útiles como las Diputaciones, a la creación de nuevos, como
posibles supermunicipios. Desde permitir la entrada de gestión privada en
campos públicos de competencia local, autonómica o central, hasta restringir al
estricto control público, incluida la obligada presencia directa, de la
Administración en sectores estratégicos como la energía, el agua o el
transporte, al margen del color de quien gobierne, en cada uno de los niveles.
Por cierto hablando
de soberanías compartidas, yo como gallego reclamo mi parte de soberanía sobre
el aeropuerto del Prat, el puerto de Bilbao , la autorización de exploración de hidrocarburos en aguas canarias y el control de tráfico del
Estrecho, todos temas de máximo interés para las actividades de mis vecinos.
Mayo de 2012
Fdo.: Isidoro Gracia Plaza
3 comentarios:
Es evidente que volver atrás no se puede, y que ahora hay que seguir con el Estado autonómico, pero lo cierto es que fuimos imprudentes, creo yo. Si se hubiese pactado entre UCD y Partido Socialista la autonomía para las provincias vascas y Cataluña, que es donde había un verdadero problema político y una clara reivindicación mayoritaria, se habría podido esperar e ir poco a poco viendo lo que convenía. Ya dije en otra ocasión que no conozco sino un estado federal, Alemania (ya hay razones históricas para que lo sea) y el federalismo nos entusiasmó tanto -sin saber lo que era- que nos precipitamos. ¿Que sentido tiene que haya una comunidad autónoma llamada La Rioja, o Murcia, o Madrid, o Cantabria? Ahora creo que toca racionalizar lo que hicimos -porque yo también me entusiasmé en su momento- pero sé que politicamente no es posible deshacer lo hecho.
Ótras personas me han hecho llegar la opinión que habría sido mejor limitar el número de C. Autonómas.
Ese argumento tiene un valor muy limitado ya que la historia nunca vuelve atrás, como tu mismo indicas.
Limitandonos al proyecto de la Constitución de 1978 y a la realidad devenida, ese proyecto y su concrección ha sido exitoso para la mayoría de los ciudadanos.
En consecuencia el argumento de un proyecto España fracasado, solo tiene sentido desde criterios diferentes a la de los ciudadanos, por ejemplo los basados en derechso territoriales, como los que argumentan los nacionalistas, y la respuesta también es fácil: solo desde ese proyecto han podido recorrer en libertad el amplio camino en poder político que han recorrido hasta ahora, con la rechazable actitud de no reconocer lo evidente: que a los ciudadanos les ha ido muy bien y a ellos especificamente también.
Queda por explicar si tiene sentido que La Rioja, Madrid, Murcia, Santander, Asturias... sean Comunidades Autónomas y tengan un parlamento...
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