Hablemos también de
otros temas, solo aparentemente menores. La duración de las campañas y el
número de escaños. Cualquier ciudadano mínimamente observador, sin necesidad de
ser un experto analista sociológico o politólogo, sabe que los miembros del
gobierno de turno, y los portavoces del partido en el gobierno tienen una
presencia pública mucho mayor que la oposición. Muchas veces con uso abusivo de
la televisión dependiente del presupuesto general correspondiente. Respecto al
trabajo estrictamente parlamentario, es evidente que los medios que disponen
los que apoyan al gobierno, con tatos y argumentos aportados por los
funcionarios y asesores de las consejerías, son infinitamente superiores a los
que pueden tener los diputados de la oposición, que dependen de su propio
trabajo y los escasas y voluntarias aportaciones de los pocos expertos de sus
partidos. Acortar la duración de la campaña recorta posibilidades, de personas
y partidos, que necesitan dar a conocer sus alternativas, menos conocidas que
las del gobierno, y disminuir el número de diputados reduce las capacidades de
control del poder legislativo sobre el ejecutivo.
La conclusión es
clara, las propuestas conocidas hoy, hechas desde la Xunta, tienden a favorecer
a la permanencia en ella del mismo partido que hoy la ostenta y ninguna
favorece que los resultados respeten más la voluntad democrática de los
ciudadanos.
Junio de 2013
Isidoro Gracia
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