miércoles, 17 de julio de 2013

El mejor destino de la Sociedad de Autores: desaparecer

Según rezan sus propios estatutos la Sociedad de Autores y Editores es una entidad privada. Como tal tiene derecho a existir; a lo que no tiene derecho, creo yo, es a cobrar por silbar una canción o recitar un poema. Ha llegado a tales abusos -no me refiero aquí a los económicos- que ha causado risa y desprecio entre muchos ciudadanos. Se ha comportado como un gremio medieval, con sus privilegios, con sus ventajas, con sus exigencias inadmisibles.

También según sus estatutos se dedica a la "defensa y gestión colectiva de los derechos de propiedad intelectual de sus más de 103.000 socios". Ese afán por la propiedad está en el origen de muchos males para la humanidad: ser propietario de un banco, de una gran empresa, de cortijos y millones de hectáreas de tierra, ser propietario de grandes petroleras, de corporaciones sin límite. Además es una "sociedad" corporativa, algo muy parecido a una de las características de los regímenes fascistas. Se incluyen en ella los grandes y los pequeños: ya sabemos en favor de quien.

Llamar "autores" a ciertos personajes ya es pretencioso. Cuando yo era niño leía en los libros que la facultad de crear solo era dada a Dios. Hoy, que soy muy descreído, considero que crear no lo puede hacer nadie. Todos nos copiamos a todos. Y si alguien tiene una idea ¿quien nos dice que no ha sido inspirada en otra anterior y de otro? Es cierto que la ley debe regular los derechos de los que escriben un libro, componen una canción o editan una obra, pero de eso a pretender cobrar derechos por la representación de "La vida es sueño" va un abismo.

Los herederos de los "autores" quieren cobrar por la interpretación de una canción después de décadas de desaparecido el "autor". ¿No tendrían igual derecho los descendientes de Cervantes o de Juan Valera? Es absurdo. La SGAE ha llegado a tales extremos, a tales abusos, que se ha desnaturalizado. Sus dirigentes -y en parte sus socios- se han creido dioses y así les ha ido: se han enfrentado entre ellos como los antiguos del Olimpo.

Otra cosa son los grandes escándalos económicos protagonizados por la SGAE, en los que han participado no pocos "creadores" (uno de ellos fue el autor de una canción de "mérito" con título "Fai un sol de carallo"). Millones y millones robados, mal obtenidos, defraudados, con empresas pantalla o fantasma para seguir con el robo y delitos sin cuento. Váyase la SGAE al infinito y que cada uno "cree" sus obras como sepa y pueda.
L. de Guereñu Polán.

1 comentario:

Nemigo dijo...

ha dado usted en el clavo

el problema de esos creadores (deberían bajar del olimpo y llamarse mas humildemente autores) es que su obra está descatalogada. No le interesa a nadie. Sus útimos discos son eso: vinilos. Sus últimas obras se representaron estando franco vivo y las grabaciones son en blanco y negro y hechas por el nodo. Y de eso quieren seguir viviendo.

Nadie sabe qué criterios se siguen para repartir derechos de autor. Que si realmente fuesen a quien deberían el 90% de los asociados a la $GAE no vería un céntimo. Quizá así dejasen de vivir de los cuentos, se pusiesen a trabajar y todos serían más partidarios de cambiar publicidad por sus obras.