En
artículos anteriores ya he contado que la UE es barata, 0,71 € al día, frente a
los 10,25 € de la Xunta de Galicia, o, los 23 €/día de las decisiones del
gobierno del Sr. Rajoy. También que el primer objetivo de la UE, antes CE, se
ha venido cumpliendo durante los últimos 58 años: evitar los conflictos armados
entre los que somos vecinos y socios. No es un tema menor, durante los 20
siglos anteriores la situación normal era la de guerra abierta.
Sin
entrar en otros grandes e históricos argumentos, reflexionemos en el terreno de
los intereses más comunes en que nos afectan las decisiones que se toman, en el
ámbito para el que podemos y debemos, votar.
¿Tiene
usted un automóvil? Pues bien, salvo el color, y poco más, que usted elija, en
todo lo demás: condiciones de motor, tipo de asientos, cinturones, luces,
neumáticos, accesorios, etc. quien decide es el Parlamento y la Comisión que se
vota.
¿Un
teléfono móvil? Sí, también en esto, quien pone algún límite a muchas de las
tarifas de las que usted “disfruta”, son los mismos, la UE.
Puede
ser que sea una persona que no quiere complicaciones tecnológicas y ni coche,
ni móvil, pero usted se alimenta ¿verdad? Quien va decidir que se planta o
cría, prioritariamente, con que se abona o alimenta, como se procesa y se
envasa, incluso como deben de enseñársele componentes y precios, son las
personas de quien algunos, en este momento mayoritariamente, quieren
desentenderse.
Por
si opta por la autosuficiencia o el suministro solo local, debe saber que eso
de la Sanidad Pública: condiciones medioambientales, garantías del agua
potable, tratamiento de residuos, procedimientos frente a epidemias, etc. es un
tema con decisión básica en los órganos del la UE. Incluso los derechos mínimos
como paciente, de cualquier sanidad, pública o privada, se aprueban en el
Parlamento Europeo.
¿Paga
recibos, necesita un crédito, tiene alguna tarjeta? Quien toma las decisiones
sobre cuáles serán sus derechos como consumidor y establecerá algún limite al posible
abuso de su banco serán esas instituciones a las que quizá usted no da la
importancia que tienen.
Por
no aburrir, ¿sabe que la composición de su ropa interior está reglada por
normativa europea?, etc. etc.
Vargas
Llosa dijo una vez: "Los pueblos a veces se equivocan, y a menudo la pagan
caro”.
Conciudadano
abstencionista, al margen de ideologías, ¿cree sensato dejar en manos ajenas lo
que tanto afecta a su vida?, en especial si es de los que quieren que Europa
cambie. Le va a resultar caro, sí o sí. Lo malo es que un posible elector no
participe le va a salir caro no solo a
él, sino a todos nosotros.
Mayo
de 2013
Isidoro
Gracia
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