sábado, 4 de julio de 2015

La troika y el resto

Escribo un día antes de que se celebre el referéndum en Grecia sobre si aceptar o no las condiciones que se ofrecen al país para salir (o no salir) del atolladero en que se encuentra. En primer lugar debe anotarse que la troika (FMI, Banco Central Europeo y Comisión Europea) han sido objeto de negativas críticas por todos los gobiernos comunitarios y por todos los sectores sociales con pocas excepciones. Los miembros de los tres organismos, dos de ellos financieros y monetarios, no han sido elegidos directamente por los ciudadanos y, en el caso del FMI ya no cumple con las funciones para las que fue creado. 

En segundo lugar no sé por que se han empeñado tantos comentaristas en que se ha de llegar a consensos en todo tipo de políticas, como si los intereses que defienden unos y otros no fueran distintos. Los partidos socialistas incurren en esto en una grave contradicción y han dejado de ser el referente de la izquierda que eran hasta hace dos décadas aproximadamente. En tercer lugar hay una manía en identificar populismo con radicalismo, cuando el movimiento socialista siempre ha sido radical por no contentarse con parches o soluciones a corto plazo, sino por ir a las raíces de los problemas para analizarlos y cambiar el "modelo" imperante. Incluso algún medio de comunicación español de afamado "pedigree", ha llegado a comparar el referéndum griego de mañana (día 5 de julio) con los que convocaba el general Franco, cuando es sabido que en este caso -como en otros muchos- no había libertades para defender más que una opción. El mismo medio de comunicación ha titulado sin ronrojo que el jefe del Gobierno griego "amenaza" con un referéndum... Nunca supe que fuese una amenaza tal forma de consulta, máxime si es democrática.

Otra manía es considerar realista lo que coincide con la lógica económica establecida por los poderes mundiales; no se es realista si se razona en sentido contrario o se matiza aquella lógica. Así no vamos a ningún lado. Incluso se ha tildado al gobierno griego -con el que no me identifico- de nacionalista, como si no ocurriese lo mismo con el británico, el de los países del este de Europa (en la U.E.) y el gobierno español, contraponiendo este nacionalismo a otros periféricos. Todo un conjunto de sinsentidos con tal de mostrar el acuerdo con los mandamases.

Hay nueve estados de la U.E. que no tienen el euro por moneda, aunque por diversos motivos. Sé que no es lo mismo no haber ingresado en la moneda común que abandonarla por no cumplir ciertas condiciones, pero en definitiva parece poco probable que Grecia tenga que abandonar el euro y si tuviese que hacerlo también tendría efectos positivos, como han explicado ya personas de más conocimiento que yo. ¿No se limita la libre circulación de personas contraviniendo los tratados comunitarios? (rumanos, gitanos y otras gentes...); ¿no se aplican tarifas telefónicas distintas según pasemos fronteras de unos países de la U.E. a otros? Esto va contra el espíritu y la letra de los tratados y sin embargo se hace. Alemania del este se integró en la U.E. sin mediar ni uno solo de los trámites que los tratados exigían entonces para ello. Se obvió el tema porque se trataba de Alemania... Se admite el "roaming" pero no se impide la libre circulación de capitales en un país como Grecia (puede ser cualquiera) que está en una situación económica difícil y de aquella manera poder controlar mejor el fraude fiscal; podría el país hacer un verdadero "corralazo" con las grandes fortunas y no un "corralito" con las pensiones y salarios de las personas que han construído el país.

Sé que impedir la libre circulación de capitales es contra los tratados, pero ¿hemos de atarnos a ellos cuando un país amenaza hundirse? No nos atamos a ellos cuando se trata de otros casos y cuestiones. Si yo fuese griego y estuviese llamado a la consulta de mañana estaría en una tremenda duda sobre lo que votar: si digo no, como quiero el gobierno griego, votaría como la extrema derecha nacionalista (esta sí populista y antidemocrática), si digo sí voto contra un gobierno democrático que se ha enfrentado a una forma de hacer política que no gusta a muchos europeos, yo entre ellos. Lo que sí tengo claro es una cosa: salga el sí o el no ya hay un perdedor, el pueblo trabajador griego, la inmensa mayoría; como en España sin llegar al dramatismo de Grecia. ¿Piensan en eso los miembros de la troika? No. ¿Piensan en eso los dirigentes del socialismo europeo? No. Dan pena los Schulz y Sánchez repitiendo como papagayos la voz que les viene por el aire de Europa... 

L. de Guereñu Polán.

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